La construcción de los ferrocarriles argentinos se inició a mediados del siglo XIX y tuvieron un auge de crecimiento hasta principios del XX. Fue la inversión extranjera, principalmente británica y francesa, la que impulso la instalación y la expansión territorial de las vías férreas para facilitar el transporte de bienes desde el puerto y hacia el puerto de Buenos Aires, luego fue la base estratégica del modelo agroexportador. La nueva red se extendió por un área muy extensa con epicentro operativo en el puerto de Buenos Aires. Alcanzó su apogeo tras la nacionalización en 1948 y comenzó a decaer con el Plan Larkin en la década de 1960 y la posterior privatización en los años ’90, que causaron el cierre de ramales y el aislamiento de muchas localidades.
Orígenes y Apogeo (1857 – 1947)
Conocer la historia de los ferrocarriles implica remontarse al año 1857 cuando un conjunto de empresarios construyeron la primera línea. Este primer tramo del ferrocarril se inauguró en 1857, con la locomotora La Porteña, que unió la Plaza Lavalle con Floresta en la ciudad de Buenos Aires, fueron unos 10 km y se llamó ferrocarril del Oeste.

En 1870 ya se habían construido 722 km de vías. El origen del sistema radial parte de la capital. El ferrocarril Sud, construido con capital inglés, llegó primero a Chascomús, más tarde a Las Flores, Bahía Blanca Neuquén y Zapala, también a Mar del Plata como otros ramales secundarios.
El ferrocarril Central tuvo sus inicios en Rosario y se extendió a Córdoba, y luego a Santa Fe y Tucumán, posteriormente se enlazó con Buenos Aires y otra línea se trazaba desde Río Cuarto a Mendoza. Así nació a comunicación vial con el Pacífico, llegando al pie de la Cordillera de los Andes. San Rafael, Mendoza y San Juan.
A partir de 1862, el capital británico y francés fue clave para la construcción de la red, que adoptó un diseño de «abanico» respondiendo a las demanda transporte para llevar materias primas al puerto y distribuir manufacturas en el territorio.
La red creció exponencialmente, alcanzando unos 33.000 km en 1915 y colocando a Argentina entre los diez países con mayor cantidad de kilómetros con vías férreas del mundo.
El sistema ferroviario fue fundamental para el desarrollo económico y la expansión del país, así como para la comunicación, la fundación y crecimiento de pueblos. Entre 1870 y 1914 se construyó la mayor parte de la red argentina con capital inglés, francés y argentino.

Red en su máxima expansión (1960)
Estatización
En 1948, bajo el gobierno de Perón, siguiendo la tendencia preponderante de esos tiempos, se nacionalizó todo el sistema ferroviario, en realidad fue una forma de cobrar las deudas contraídas por los países beligerantes, dado que Argentina fue un importante proveedor de alimentos a los ejércitos aliados. La red alcanzó su máxima extensión (47.000 km) en 1957, el declive comenzó a partir de entonces.
Las distintas líneas, una 15 empresas, se concentraron o se reagruparon en solo seis, cada una de las cuales proveía servicios de pasajeros urbanos e interurbanos y de carga (Mitre, Roca, San Martín, Urquiza, Sarmiento y Belgrano).

Perón firmando la estatización el 01/03/48
Plan Larkin y el ocaso del sistema
Asesorado por el Banco Mundial en 1961, el gobierno de ese momento implementó el plan, denominado Larkin que favoreció la industria automotriz y llevó a la supresión de un tercio de las vías existentes, el despido de miles de trabajadores y la iniciación del proceso de desguace que continuó durante la década de 1970. En 1976 había 41.460 km y se aceleró en 1980 con la venta de gran parte del material ferroviario como chatarra, restado solo 34.313 km
En 1965, se creó la empresa Ferrocarriles del Estado Argentino, quedando con la denominación definitiva de Ferrocarriles Argentinos (FA).Hacia 1990, 25 años de la agrupación de las líneas, el sistema parecía exhausto, agotado y ya no constituía una opción viable económica y financieramente. El tráfico de caga cayo a la mitad, el de pasajeros urbanos bajó también una un cuarto.
En 1992, el sistema ferroviario fue concesionado a empresas privadas y así continuó el cierre de cientos de ramales y el aislamiento de muchos pueblos u localidades.
En los años 2000
A principios del siglo XXI, se ha iniciado un proceso de reapertura de ramales y políticas para la recuperación de la red ferroviaria. A pesar de los esfuerzos, la red ferroviaria activa actual (menos de 20.000 km) es similar a la de un siglo atrás. La reactivación completa del sistema sigue siendo un desafío con pocas esperanzas dada la competencia de la red caminera y el transporte automotor; aunque transporte de cargas seguirá siendo importante o más eficiente.
La red quedó dividida en dos sistemas, transporte de cargas (18.000) km y transporte de pasajeros (4.650 km). A fines del años 2005, bajo la Presidencia de Néstor Kirchner se firmó el Decreto Nro.1.683, que entre otras medidas dispuso la electrificación de los Ferrocarriles Norte y Sur, así como la adquisición de locomotoras y vagones usados. Y en el 2.008 se anunció la construcción de un tren de alta velocidad entre las ciudades de Buenos Aires, Rosario y Córdoba, proyecto que quedó en promesas similares a las del Presidente Ménen con el transporte aéreo, que pretendía llegar a Japón en una hora y media.