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Los primeros frigoríficos

El primer frigorífico que funcionó en el país  fundó en 1883 el francés Eugenio Terrassón, en San Nicolás de los Arroyos. Terrassón era propietario del saladero “San Luís” y sobre esa base instaló un nuevo establecimiento, que estaba provisto de una máquina enfriadora “Linde”, que podía congelar 30.000 kilos de carne por día, disponía, además de cuatro embarcaciones que cargaban 15 mil carneros diarios. Esta explotación se mantuvo hasta 1893 exportando, en ese lapso, más de un millón y medio de carneros congelados. (*)

Durante la década del ‘80 se instalaron en la Argentina los primeros frigoríficos: el mencionado de Eugenio Terrassón en San Nicolás de los Arroyos y la Compañía Sansinena de Carnes Cogeladas, en Avellaneda, ambos de capitales nacionales.  Los primeros frigoríficos de capital británico fueron en 1883 del británico G. W. Drabble que se estableció en Campana (Zárate, provincia de Buenos Aires) y el frigorífico River Plate Fresh Meat Co.; desde éste establecimiento se habría realizado  el primer envío de carne ovina congelada hacia Europa y en 1886, la firma James Nelson and Sons, instaló en Zárate el frigorífico  ”Las Palmas».  Estas cuatro empresas se repartieron el mercado de exportación al mercado londiense hasta 1902 y en los años siguientes hasta 1907, esas empresas inglesas tendieron a monopolizar ese mercado.

El mercado europeo, sobre todo el inglés,  ha sido determinante para el desarrollo de la industria frigorífica en  Argentina. Desde la década del ’70 con las nuevas técnicas de refrigeración en los establecimientos y, sobre todo, en los barcos posibilitaron que la exportación ultramarina de carnes.

Si bien los primeros embarques fueron de carne ovina para una clientela de bajos recursos, siendo la carne vacuna poco significativa. También se exportaba ganado en píe hasta que se cerró el mercado por la existencia de fiebre aftosa, dando esa contingencia un gran impulso al crecimiento de las exportaciones de carnes bovinas congeladas. Hasta 1900, el ganado que se exportaba a Inglaterra era principalmente ganado en pie.

EEUU era el principal proveedor de carnes de Inglaterra pero su consumo interno aumentó considerablemente y quedaron con poca oferta; esa es la razón por la que aparecieron las inversiones del país de norteamérica al Río de la Plata.

“En 1907, la firma Swift adquirió el frigorífico The Plata Cold Storage, en Berisso y, al año siguiente, Swift, Armour y Morris compraron La Blanca, en Avellaneda. Los norteamericanos introdujeron innovaciones tecnológicas en el procesamiento de la carne, que consistían en el enfriamiento -chilled- a 0.ºC, lo que daba como resultado mayor calidad y precios más bajos que la carne congelada a 30ºC. Las exportaciones de chilled se incrementaron, alentadas por la mayor demanda inglesa. Por otra parte, como la carne enfriada requería animales con menos grasa, se promovió un mayor refinamiento y cuidado del ganado.

Los frigoríficos de capitales estadounidenses comenzaron a desarrollar el sistema del enfriado, que abrió al vacuno de calidad un mercado más amplio pero mucho más exigente.

La llegada del capital norteamericano a la industria frigorífica alteró la distribución de los beneficios de las exportaciones de carne, ya que ingleses y norteamericanos debieron repartirse el mercado. Por lo tanto, acordaron cuotas de exportación y, operando en conjunto, desplazaron a los frigoríficos de origen nacional, que destinaron su producción al mercado local.”(**)

(*) DE PAULI Aída, “EL PRIMER FRIGORIFICO ARGENTINO”,  Diario El Norte, San Nicolás de los Arroyos,1998.

(**)Alonso-Elizalde-Vázquez “La Nación Argentina e Historia Argentina y Contemporánea” 

Censos Agropecuarios

Los primeros censos de agricultura se realizaron en Noruega (1835), Estados Unidos (1840), Bélgica (1846), Uruguay (1852), Reino Unido (1866), Argentina (1888), Hungría (1895), Canadá (1896) y Bulgaria (1897).

La Argentina cuenta con más de un siglo de realización de censos nacionales agropecuarios, ejecutados en intervalos irregulares y con diversos cambios metodológicos. Los antecedentes históricos señalan que el primer censo de agricultura y ganadería, realizado en el siglo XIX, fue levantado en 1888; el segundo constituyó un capítulo del Censo Nacional de Población de 1895.

En el siglo XX, se realizaron censos agropecuarios en 1908, 1914, 1930, 1937, 1947, 1952, 1960, 1969 y 1988.

El siglo XXI se inició con el censo de 2002 y se continuó con el censo de 2008 que, como se explica más adelante, presentó grandes dificultades en su cobertura y no produjo resultados definitivos.

El primer censo agropecuario de la Argentina, llamado Censo de Agricultura y Ganadería, se realizó en octubre de 1888 y fue considerado como la primera investigación del país con respecto a la agricultura y ganadería. Solo se especificaron tres maquinarias: los arados, las segadoras y las trilladoras a vapor

El siguiente censo agropecuario se llevó adelante en 1895, el cual se insertó en el operativo del Censo Nacional, e incluyó un capítulo dedicado a la industria.

Años después de la publicación del CNA 1895, fueron desautorizadas las cifras con respecto a la cantidad de ovinos que había en el país. A partir de esta premisa, los poderes públicos nacionales y provinciales, sumados a los gremios rurales, propusieron la realización del Censo Agropecuario Nacional de 1908. Se acordó que el censo no solo comprendiera la ganadería, como estaba pensado en un principio, sino también la agricultura. La antigua Guía Kraft informaba de la existencia de 50.000 agricultores, ganaderos y comerciantes.

El 1 de junio de 1914 en el marco del tercer Censo Nacional. El número de explotaciones agropecuarias, clasificadas según su destino, ascendieron en ese año a un total de 275.450. De esa cantidad, 112.315 fueron clasificadas como ganaderas y 163.135, como agrícolas. El personal ocupado en las explotaciones agropecuarias en todo el país ascendió a 2.125.870 individuos, de los cuales 1.506.059 formaban parte de las familias de los directores y 619.811 eran empleados y peones.

El Censo Agropecuario Nacional de 1937 se realizó el 30 de junio de ese año Se obtuvo un saldo de 28.116.253 hectáreas bajo cultivo. Comparado con el censo de 1888, en donde se registraron 2.459.120, hubo un aumento del 1.143%.

El Censo Agropecuario de 1947 fue organizado por la Dirección Nacional de Investigaciones, Estadísticas y Censos, y formó parte del IV Censo General de la Nación. Presentó, en términos absolutos, el mayor número de habitantes en zonas rurales del siglo XX en la Argentina: 6.008.000. Por motivos climáticos, el operativo fue realizado en dos momentos distintos. Las explotaciones agropecuarias ubicadas al sur del paralelo 42 (épocas de esquilas, recuentos, y nevadas y hielo en los caminos) fueron relevadas el 19 de abril de ese año, mientras que las explotaciones ubicadas al norte se censaron entre los días 10, 11 y 12 de mayo de 1947.

El Censo Nacional Agropecuario de 1952 también se realizó en dos fechas diferentes y usó como línea divisoria el paralelo 42. Las explotaciones ubicadas en el norte se censaron el 11 de noviembre; las del sur, el 15 de diciembre. Se hizo de manera descentralizada: cada provincia fue responsable de las tareas del levantamiento. Se censaron todas las explotaciones agropecuarias del país, privadas o estatales, cuya superficie abarcara al menos una hectárea. Se dejaron de lado los establecimientos dedicados exclusivamente al corte de árboles en montes o bosques naturales. Para ese año, se registró un total de 45.749.720 bovinos, 56.216.276 ovinos, 4.023.558 porcinos, 7.180.625 equinos, 6.274.685 caprinos, 401.861 mulares,
206.916 asnales y
93.081 llamas.
Con respecto a la agricultura, el censo indicó, entre otros cultivos, la existencia de 62.999.000 hectáreas de trigo; 38.489.000 de hectáreas de maíz; y 29.723.000 hectáreas con centeno y avena.

El Censo Nacional Agropecuario de 1960, organizado por la Dirección Nacional de Estadística y Censos, formó parte del Censo Nacional de Población y Vivienda, y también se realizó en dos fechas distintas. El 30 de septiembre se llevó adelante en todo el país, excepto en las provincias de Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, donde se realizó el 4 de noviembre del mismo año.

El Censo Nacional Agropecuario de 1969 presentó graves inconvenientes de procesamiento, por lo cual solo fue posible difundir resultados de un limitado número de variables. Esta situación hizo que la mayor parte de la información básica disponible durante casi tres décadas fuese escasa y poco precisa.

El Censo Nacional Agropecuario de 1988 fue llevado a cabo por el INDEC con la participación de las direcciones provinciales de estadística. Se realizó con criterio federal e interdisciplinario, y contó con una importante participación de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca y de otros organismos públicos del Sistema Estadístico Nacional (SEN).

En el proceso de implementación de este censo se generaron las bases metodológicas de los subsiguientes operativos estadísticos agropecuarios.

El censo del año 2002 contó con la experiencia del CNA 1988 y se enriqueció con una veintena de encuestas realizadas con anterioridad. Se estructuró nuevamente sobre la base de varios formularios impresos aplicados a distintas regiones, pero incorporó la existencia y acceso a mejores condiciones tecnológicas.

El diseño del Censo Nacional Agropecuario 2008 continuó los aspectos básicos de los dos censos anteriores, incorporando a los cuestionarios productivos uno económico. Fue diseñado y conducido por el INDEC, y ejecutado por las direcciones provinciales de estadística.

Por diversas razones, el operativo se desarrolló de forma imperfecta y dio como resultado una falla de cobertura territorial, que se ubicó entre el 12% y el 15% en el total del país (con extremos del 50% en la provincia de Corrientes y del 35% en la provincia de Buenos Aires). No fue posible obtener resultados nacionales que permitieran su comparación con los datos obtenidos en los censos de 1988 y de 2002. Por este motivo, se toma como último censo exitoso el realizado en 2002.

Fuente: Extraído de www.indec.gob.ar

1869, primer censo de población

La historia de la estadística en la Argentina, se divide en tres grandes períodos. El primero de ellos abarca varios siglos, desde fines del 1500 hasta 1869, año en el que se realizó el primer censo nacional en el territorio. El segundo período recorre aproximadamente cien años, desde ese primer censo hasta la creación del Instituto Nacional de Estadística y Censos en 1968.

En 1869 se realizó el primer Censo de Población de la República Argentina. Antes de esa fecha, los censos eran muy limitados, abarcaban sectores específicos de la población (vecinos, extranjeros, entre otros), se limitaban a ciudades o provincias.

Por esa razón, el primer censo nacional fue tan importante, ya que desvela que el país ya se empezaba a pensar como Nación.

Este relevamiento se realizó en septiembre de 1869, bajo la presidencia de Domingo F. Sarmiento. Se censaron únicamente 14 provincias, ya que Chaco, Chubut, Formosa, La Pampa, Misiones, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego no estaban bajo el control del Estado Nacional. El método fue de entrevista directa: la población fue censada allí donde se la encontraba ¿Cuantas personas había en el país en ese año? 1.877.490. El cuestionario incluía tan solo 8 preguntas, y la información se organizó a través de una «Lista nominativa» en la cual cada línea de la cédula censal correspondía a una persona.

El segundo censo se realizó 26 años después, en mayo de 1895. El cuestionario para ese entonces indagar en más asuntos. En 16 preguntas, la indagación incluyó preguntas sobre bienes inmuebles, la religión y la descendencia de las personas. Este censo fue el primero que se realizó sobre una nación ya unificada y arrojó como resultado que el país contaba con 3.954.911 habitantes.

Ela Biblioteca del Archivo General se conservan los libros estadísticos de los censos de 1869, 1895, 1914, 1947, 1960 y 1991. Además se guardan los guarismos finales de otros censos más específicos: el Censo agropecuario de 1908, el de territorios nacional de 1920, el algodonero de 1935-1936, el comercial de 1954, el de vivienda de 1960, y el agropecuario de 1988.

Censo de Población de 1869

Como se mencionó al principio el primer censo nacional fue muy importante, ya que revela que en el país ya se empezaba a pensar como Nación. Esa iniciativa fue de Domingo Faustino Sarmiento, uno de los próceres más influyentes; creó del Dirección de Agricultura en el Ministerio del Interior casi como una réplica del Departamento de Agricutura de EEUU y también en educación fue quien trajo las primeras maestras de ese país.

Además fue maestro rural y culminó siendo Presidente de la Argentina (1868-74), fundó las bases para un futuro progreso en la educación, estimuló el crecimiento del comercio y la agricultura así como también estimuló el crecimiento del transporte rápido y la comunicación.

Fundó 800 escuelas en todo el país, las primeras escuelas normales, la Academia Nacional de Ciencias, el Colegio Militar (1870), la Escuela Naval (1872), el Observatorio Astronómico (1872), la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (1870).

El alambrado

Jesús Leguiza

Fundacion FEDERAR – 08/05/2009

El alambrado se empezó a utilizar a mediados del siglo XIX y constituyó uno de los hitos en el desarrollo del agro argentino. Sirvió para delimitar el perímetro de los campos y marcar en forma contundente los derechos de propiedad de la tierra, porque antes se usaban zanjas, cercos, plantas espinosas, pircas en el noreste. También para dividir los mismos en potreros, proteger huertas y jardines de los cascos.

José Hernández en 1882 escribió en su libro “Instrucción del Estanciero” escribió que el alambrado cambió la historia de la industria rural, la agricultura.

Las zanjas y los cercos

Con el surgimiento de la ocupación de las tierras, la manera de determinar el perímetro de los campos y fortines eran los accidentes geográficos, principalmente los ríos, arroyos y sus confluencias (rincones o rinconadas). Las zanjas, que completaban el cierre de los límites de las tierras de las estancias, eran anchas y profundas de manera que no podían cruzar los animales, caballos, mulas, vacas y hasta los invasores. La zanja también sirvió para la protección de montes y sembrados, sirvió de potreros y corrales, como también constituía un obstáculos para los indios y otros usurpadores.

Adolfo Alsina, Ministro de Guerra de Nicolás Avellanera, en 1876 solicitó a un ingeniero francés construir una zanja de 3 metros de anchos y 2,5 de profundidad con un terraplén que debía extenderse del fortín Guerrero (al sur de Córdoba) hasta Bahía Blanca, para evitar la invasión de los indios que se dedicaban a robar ganados; pero, la iniciativa quedó inconclusa ya que solo llegó a excavarse unas 7 leguas en la zona de Trenque Lauquen.

El origen del alambrado (Richard Newton)

Richard Newton, un estanciero inglés, introdujo el primer alambrado en el año 1845 para proteger los jardines y la huerta de la estancia Santa María localizada en Chascomús.

Diez años después, la primera estancia en ser delimitada en todo su perímetro fue “Los Remedios”, que estaba en los las tierras del actual aeropuerto de Ezeiza. En este caso el propietario era Fransisco Halbach, el Cónsul de Prusia, que se dedicaba a la cría del ganado ovino. Aparece entonces la figura del alambrador y del potrero, tanto para separar a los animales como los cultivos. Facilitaron las tareas rurales, aunque lo más importante, como se indicó, fue demarcar la propiedad de la tierra.

Ese año puede considerarse como el año oficial de introducción del alambre dado que se incorpara como un artículo de importación en los registros oficiales. Entraron al puerto de Buenos Aires unos 600 rollos y sirvió de antecedente para en la Ley de Aduanas de año 1857.

El primer alambrado (Francisco Halbach)

El alambrado hizo posible la aparición de la estancia, con su fisonomía actual y luego la cabaña, el tambo, la granja y la chacra y todo por obra de un inspirado precursor visionario.

La actividad ganadera resultó también favorecida por el uso del alambre. En primer lugar, redujo la necesidad de mano de obra, lo cual hizo más sencillo el manejo del ganado; y en segundo lugar, facilitó el cruzamiento de animales de forma controlada -y no indiscriminada como sucedía con la cría a campo abierto-. Su uso permitió separar o reunir al ganado según su calidad.

A pesar de algunas resistencias por su elevado costo, el uso del alambrado fue ganando adeptos entre los principales propietarios rurales. Su implementación resultó ser muy eficiente para fijar con precisión el perímetro de las propiedades, para contener al ganado y evitar las mezclas con rodeos vecinos y al mismo tiempo impedir el paso de transeúntes. En consecuencia, el alambrado también colaboró con la expansión de la agricultura al garantizar el cuidado de las áreas cultivadas y proteger árboles y otras plantas.

El alambre más conocido era conocido como Creusot, procedente de una ciudad francesa de ese nombre en donde se localizaba una fábrica metalúrgica muy renombrad que producía un alambra de acero promociona como “Invencible”.

El Ñandubay

Para hacer más fuertes y resistentes los alambrados y cargar más hilos se empezó a utilizar poste para hacer más corte la distancia y evitar que, sobre todo las ovejas pasaran por debajo. Para ello se utilizaba unos postes muy resistentes de madera de ñandubay un arbusto autóctono muy abundante en las costas del Paraná.  Estos postes eran prácticamente indestructibles y muy duraderos bajo tierra; se obtenían de Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe y la zona seca chaqueña. Luego se empezó a utilizar el espinillo de la misma región cuyo nombre también es aromo o aromito.

El alambre de púa

Hacia 1878, la aparición del alambre de púa era una novedad observada con recelo por parte de algunos estancieros. Les preocupaba el daño económico eventual que podía representar la desvalorización del cuero vacuno en caso de lastimaduras. Su uso y comercialización comenzó a difundirse recién una década más tarde para terminar de dar solidez a los cercos. Entre ese año y 1907 se importaron más de mil millones de toneladas de alambre con los cuales podía rodearse varias veces a todo el territorio del país.

Conclusiones

El boom del modelo agroexportador se encuentra íntimamente ligado a la innovación técnica que permitió producir materias primas de mejor calidad y en mayor volumen. Una de esas innovaciones fue justamente  el alambrado y representó un salto en la modernización del campo.

La Resolución 125 y el conflicto con el campo

Los gobierno de malas políticas cambiarias y fiscales, siempre han impuesto retenciones a las exportaciones. Durante la década menenista, además de eliminarse la inflación, también se eliminaron la retenciones a las exportaciones.

Estos derechos de exportaciones (las denominadas retenciones volvieron a imponerse en el año 2002, y se mantuvieron varios años.

En el 2008 hubo una gran se movilización, un paro agropecuario que constituyó el inicio de un extenso conflicto entre el Gobiernro y las cuatro organizaciones del sector empresario de la producción agro-ganadera en la Argentina (Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas, CONINAGRO y Federación Agraria Argentina).

Estas tomaron medidas de acción directa, lock out, contra la Resolución n.º 125/2008, dictada por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el ministro Martín Lousteau que establecía un sistema móvil para las retenciones impositivas a las exportaciones de soja, el trigo y el maíz.

La medida rechazada por patronal agropecuaria se extendió por 129 días, desde el 11 de marzo de 2008 hasta el 18 de julio del mismo año. Al conflicto se le sumó un paro de los empresarios transportistas con bloqueo de rutas, que agravó la situación y el abastecimiento de las ciudades. El proceso tuvo una alta politización, el oficialismo, parte de la oposición, periodistas y “dirigentes de derechos humanos” denunciaron que el mismo tenía fines golpistas (un relato infantil), mientras que los organizadores del paro negaron absolutamente.

Durante el conflicto se produjo la renuncia del ministro Lousteau, autor de la Resolución 125, cuestionada por los empresarios rurales, pero también por sectores del gobierno y la oposición.

Posterior a la renuncia del ministro, el 17 de junio de 2008, la presidenta Fernández de Kirchner, envió al Congreso un proyecto de ley sobre las retenciones a las exportaciones de granos y las compensaciones a los pequeños productores, con el fin de que fuera el Poder Legislativo el que resolviera en definitiva la situación.

Luego de ser aprobado por la Cámara de Diputados, el proyecto tuvo una votación empatada en el Senado, razón por la cual debió desempatar el vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, quien lo hizo negativamente en la madrugada del 17 de julio de 2008. Al día siguiente, la presidenta de la Nación ordenó dejar sin efecto la Resolución 125/08, ua importante derrota para el gobierno pero no se eliminaron las retenciones vigentes.

El 3 de octubre de 2008 las patronales declararon un nuevo paro por seis días con cortes parciales de rutas en caso de ser necesario, esta vez para reclamar la completa anulación de las retenciones a la exportación, conflicto te continúa hasta la fecha.

El Gobierno no entiende que se ha puesto en contra al gran y más importante generador de divisas para el país, que es el campo. Situación que repercutirá, en el futuro, en la economía del país sin ninguna duda.