
Pedro Juan Ferré nació Corrientes, el 29 de junio de 1788 y falleció en Buenos Aires el 21 de enero de 1867, fue un militar y político argentino, cuatro veces gobernador de su provincia y convencional para la elaboración de la Constitución Argentina de 1853.
Hijo de Juan Ferré Maresa, carpintero español de Cataluña, se educó en Corrientes y por corto tiempo siguió la carrera militar. Ferré aprendió de su padre el oficio de carpintero y se especializó en la construcción y reparación de embarcaciones y botes (canoas), además participó activamente en la navegación fluvial.
Tanto por su experiencia en la actividad naval como por su paso por estudios para militar lo hicieron volcarse tempranamente a la política.
En primer, lugar participó y colaboró con el ejército de Manuel Belgrano en su campaña al Paraguay y ejerció como capitán de milicias urbanas en 1819, cuando estaba terminando el período de dominio sobre el litoral del fundador del federalismo argentino, José Artigas. Bajo el gobierno de Francisco Ramírez fue comandante de la marina de su provincia.
En sus cuatro gobiernos
En 1821 participó en la Convención para la organización de la provincia y, por su desempeño, fue nombrado alcalde en 1822. A los dos años fue elegido Gobernador Intendente y luego reelecto. Fundó la primera imprenta de la provincia e inició la impresión de papel moneda, promovió la educación, la industria naval y, por supuesto, la construcción del puerto local. Asimismo, fundó y delineó pueblos como Caá Catí, San Cosme, San Luis del Palmar, Empedrado, Bella Vista y Mercedes.
Fue un gran admirador de Bernardino Rivadavia pero rechazó la Constitución de 1826. Al año siguiente firmó un compromiso para formar una Convención Nacional en Santa Fe pero tuvo problemas con Manuel Dorrego, gobernador de Buenos Aires. En 1827 fue reelecto, cargo que mantuvo hasta que se firmó la paz con Brasil.
Vencidos los Unitarios, el Gobernador Juan Manuel de Rosas invitó a las provincias del litoral a firmar un Tratado de Alianza y Ferre fue comisionado por su gobierno para participar junto a Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. Hecho que se concretó en la ciudad de Santa Fe y fue nombrado diputado por su provincia y presidente del cuerpo para defender la pronta organización nacional, la reglamentación de la navegación fluvial, la habilitación de otros puertos para comerciar con el exterior, la protección de los productos elaborados en el país, la nacionalización de los ingresos aduaneros, los gastos de guerras y las relaciones exteriores. No hubo acuerdo de estas iniciativas con el delegado de Buenos Aires, aunque el acuerdo se firmó semanas más tarde.
Ley de aduanas de 1836
A pesar de su conflicto con Rosas, la prédica de Ferré y de otros ideólogos federales y proteccionistas de Corrientes tuvo una importancia crucial para la sanción por el mismo Rosas de la Ley de Aduanas de 1836, que determinaba la prohibición de importar algunos productos y el establecimiento de aranceles para otros casos. Estas medidas impulsaron notablemente el mercado interno y la producción del interior del país.
Ferré estaba convencido de que Rosas era un unitario que quería usar a los caudillos federales. En 1830 fue elegido nuevamente gobernador y realizó una política interior similar a la de su primer gobierno, agregando algunas medidas proteccionistas para la industria local.
Limites territoriales y promoción económica
En su segundo Gobierno y en 1832, por ley fijó los límites del territorio provincial, integrando de manera explícita el nuevo territorio a este. Quedaba fuera la zona al norte del río Aguapey, que estaba ocupada por el Paraguay desde la independencia de este. Buenos Aires, sin embargo, intentó hacer valer sus derechos promoviendo la venta de esos terrenos a colonizadores británicos. Aunque tras la negativa decidida de Gaspar Rodríguez de Francia al intento porteño el gobierno central no insistió, los correntinos sí lo harían. En 1832 se inició la ocupación de la zona de la tranquera de Loreto, que paulatinamente y sin encontrar resistencia armada se extendería hasta la ciudad de Candelaria.
Ferré planeaba allí la primera plantación industrial de yerba mate, y ofreció contratos beneficiosos a quienes quisieran iniciar explotaciones en la región, reservando para el gobierno provincial los antiguos huertos de las reducciones jesuítas. Al mismo tiempo, estableció dos puestos aduaneros, uno en la tranquera de Loreto para los que circulasen hacia Itapúa por esa vía, y otro en Puerto Hormiguero.
En 1835 suscribió un tratado de paz con los caciques de los abipones chaqueños, con los que las hostilidades habían sido constantes por las incursiones de ambos bandos en expediciones de saqueo. Ferré obtuvo de los indígenas el abandono de sus territorios en la margen correntina del río Paraná a cambio del reconocimiento de su dominio sobre el Chaco y el establecimiento de un régimen comercial libre. Los abipones, a su vez, garantizaban a Corrientes la suspensión de las incursiones sobre los pueblos costeros, en especial Itatí, el respeto de las expediciones que cruzasen pacíficamente al Chaco, y la colaboración en la instalación de obrajes para la explotación de los ricos recursos forestales de esa margen del río.
Por el tratado se dispuso la abolición del sistema de reducciones, y Ferré distribuyó en propiedad las tierras que éstas ocupaban entre los indígenas que optaron por permanecer en Corrientes. El pueblo de Bella Vista, sobre la base de la reducción de Las Garzas, y el de Caá Catí, los acogieron. La tranquilidad permitió a la provincia comerciar provechosamente sus mercancías por los productos silvestres obtenidos por los nativos.
Al terminar su período de gobierno, se negó a ser reelecto; en su lugar fue elegido Rafael León de Atienza, un sincero aliado de Rosas. Ferré fue ascendido al grado de general, pero permaneció en un segundo plano, dedicado a su trabajo del astillero.

Durante esos años recrudeció el control porteño de los ríos, y se cortó toda comunicación con puertos extranjeros que no fuera a través del puerto de Buenos Aires. Para empeorar las cosas, el Paraguay se había cerrado cada vez más sobre sí mismo, y ya no tenía ningún comercio exterior. Esto llevó al siguiente gobernador, Genaro Berón de Astrada, a un nuevo conflicto con Rosas, en el que Ferré no tuvo parte, ya que se mantuvo en la oposición.
La política de Berón, de directa oposición a Rosas y de alianza con sus enemigos, llevó a la invasión de la provincia por el gobernador entrerriano Pascual Echagüe, que lo derrotó en la batalla de Pago Largo, en que el gobernador correntino resultó muerto. También murieron más de mil soldados.
A principios de 1840, el gobierno uruguayo de Fructuoso Rivera envió a Santiago Derqui como plenipotenciario ante Ferré para intentar de nuevo deponer a Rosas o al menos liberar las provincias litorales de su influencia. Rivera consiguió que se le reconociera el mando supremo de los ejércitos que lucharían contra Rosas, a cambio ayuda militar, que llegaría en el momento oportuno.
Ferré declaró la guerra a Rosas y sus aliados, y nombró a Lavalle jefe de las fuerzas correntinas, unos 3500 hombres en total. Estas invadieron la provincia Entre Ríos en febrero de 1840. Las fuerzas correntinas sólo debían ocupar Entre Ríos, pero después de las batallas de batalla de Don Cristóbal y Sauce, Lavalle cambió de idea y cruzó a la provincia de Buenos Aires. Poco antes de embarcarse, le envió a Corrientes al general Paz.
Exilio
Durante su Exilio se refugió en São Borja, en Brasil, frente a su provincia. Cuando, meses después, los hermanos Juan y Joaquín Madariaga recuperaron la provincia para el partido unitario, permaneció en Brasil. Allí se dedicó a escribir sus Memorias, un documento valioso que llega hasta el año 1845.
En 1848, después de la definitiva derrota de los Madariaga a manos de Urquiza, se estableció en La Paz (Entre Ríos), bajo la protección del mismo Urquiza.

En 1851, después del pronunciamiento de Urquiza, este le encargó organizar el cruce del río Paraná para el ejército con el que habría de enfrentar a Rosas. Construyó las balsas y los botes necesarios, y dirigió personalmente la operación.
Constitución de 1853
A fines de 1852, después de la batalla de Caseros, fue elegido diputado por la provincia de Catamarca al Congreso General Constituyente. Ocupó un lugar híbrido entre los constituyentes; no adhirió a su comprovinciano Pedro Díaz Colodrero y Manuel Leiva, líderes de la facción montonera, que se oponía al proyecto de constitución presentado por Juan Bautista Alberdi, pero tampoco fue partidario de los principios liberales en lo religioso e ideológico que lo alentaban. Abandonó temporalmente las deliberaciones para marchar, junto con el presidente de la convención, el salteño Facundo Zuviría, a negociar la reincorporación de los delegados porteños, que finalmente no se produjo.
Se radicó en Santa Fe, dedicado a la construcción de barcos y un puente sobre el río Salado. En 1854 fue elegido senador simultáneamente por tres provincias: Catamarca, Corrientes y Santa Fe. Aceptó serlo por Catamarca, la única de las tres provincias que nunca conoció. Además fue inspector de aduanas fluviales de la Confederación Argentina, enviado especial de Urquiza ante el gobierno de Corrientes y ante los caciques del Chaco. Le fue reconocido el grado de general.
En sus últimos años, Poco antes de la batalla de Pavón se pasó al partido de Buenos Aires, más por oposición a Derqui y Urquiza que por convicción. Al año siguiente fue nombrado presidente de la Suprema Corte de Justicia de Santa Fe. Poco después asumió como senador por su provincia natal, en la que militaría en el partido liberal. En sus últimos años fue miembro de la asamblea constituyente de su provincia y confeccionó un mapa de la zona litoral, incluyendo al Paraguay y Río Grande (Brasil).
Por razones de salud vivió sus últimos años con su tercera esposa, Bárbara Ygarzábal, en Buenos Aires, sumido en la pobreza. Sus restos estuvieron en el Cementerio de la Recoleta hasta el domingo 18 de octubre de 1964, fecha en la que fueron depositados en el Panteón de los Héroes correntinos en la Iglesia Catedral de la ciudad de Corrientes.
El caso de Ferré es muy especial en la historia argentina: federal convencido, el más destacado impulsor del proteccionismo económico, por oposición a Rosas, y en sus últimos años a Urquiza, terminó aliado de los unitarios y liberales.
Por último, cabe destacar textualmente lo escrito por Dardo Ramírez Braschi:
“Los argentinos, con nuestra incuria habitual, desconocemos que mucho antes de la aparición del libro fundador de la Escuela Histórica Alemana, el Sistema Nacional de Economía Política, de Federico List, en 1841, un doctor en leyes correntino, José Simón García de Cossio, egresado de la Universidad de San Francisco Javier en Charcas, había escrito una obra, Cuestiones Nacionales, firmada por razones políticas por el Gobernador Pedro Ferré, que no tiene nada que envidiar a lo concebido por los intelectuales germánicos. Este texto, cuyas reflexiones fueron continuadas en nuestro país por Mariano Fragueiro, el notable Alejandro Bunge, y contemporáneamente por dos de los mejores economistas argentinos, Aldo Ferrer y Alfredo Eric Calcagno”.
Bibliografía principal
Ferré, Pedro, Memorias. Ed. Coni Hnos., Bs. As., 1921.
Ferré, Pedro, La constitución de la nación bajo el sistema federativo. Ed. Juárez, Bs. As., 1969.
Paz, José María, Memorias póstumas. Ed. Hyspamérica, Bs. As., 1988.
Castello, Antonio Emilio, Historia de Corrientes, Ed. Plus Ultra, Bs. As., 1991.
Castello, Antonio Emilio, Hombres y mujeres de Corrientes, Ed. Moglia, Corrientes, 2004.
Dardo Ramírez Braschi, La provincia de Corrientes y el Pacto Federal de 1831
