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Opinión

Acuerdo de precios y salarios

El gobierno recibe a gremios y empresarios. ¿Para qué ?

Los primeros en intentar acuerdos de precios y salarios fueron los sumerios y los babilonios hace más de 4.000 años con sus códices. Luego siguieron los egipcios con la Ley de Bronce de hace 1.000 años a.c. En el otro lado del mundo, China e India hacían lo mismo como también en la antigüa Grecia y el Imperio Romano en el año 449 a.c. con su Ley de las Doce Tablas.

En la edad moderna son conocidos los fracasos de Canadá, EEUU, Inglaterra, Francia, Australia, Alemania, Rusia, Checoslovaquia. El caso de otros tres países entre las dos guerras mundiales: Nueva Zelanda, Japón y Brasil.

En Alemania, el régimen de Adolf Hitler aplicó en 1936 el «Preis-Stop», un congelamiento general a través de 7 mil decretos que fijaban los precios de cada producto; a pesar de los duros castigos instaurados no se pudo reducir la inflación.

En la URSS el régimen soviético dispuso precios fijos para cientos de miles de productos. Las consecuencias: el costo de vida en las ciudades aumentó 65% entre 1927 y 1937.

Ni mencionar a Argentina que inaguró, a fines de los años ’40, un largo y sostenido periodo inflacionario que dura hasta ahora, (excepto la década de 1990).

Por más de 4.000 años en el mundo entero e independiente a la ideología, el control de «precios y salarios» fue saltando de fracaso en fracaso.

Lo único que provocaron, los «acuerdos de salarios y precios» fue desabastecimiento de insumos o productos, mayor pobreza e inflación descontrolada.

En la antigüedad fueron los faraones, reyes, tiranos. En la actualidad son los gobiernos, democráticos o autocráticos. Que son los únicos facultados para emitir dinero y gastar más allá de sus posibilidades.

Los gremios, que representan a los asalariados, y/o los empresarios, ya sean éstos agricultores, intermediarios o comerciantes no son causantes o responsables de la inflación.

Burros, burros y burros !!!

Argentina exportadora de carnes rojas

Hasta 1970 Argentina fue el primer exportador mundial de carne vacuna. El consumo interno, promedio de la década del ’70, era de 78 kgs. por habitante/año. El record histórico se alcanzó en 1956 con 101 kgs. p/hab/año.

Hoy, no se llega a los 50 kgs. y se prohibe la exportación, disminuirá la producción e igual aumentarán los precios.

La confianza se gana gramo a gramo y en muchos años. Ahora, se perdió de a kilos en pocos años.

Brasil, que apenas figuraba en las estadísticas históricas, se frota las manos.

El problema no es la exportación de carnes; es el gasto público y la emisión monetaria.

¿Vivir con lo nuestro?

Prohibir las exportaciones de carne es volver a cometer el mismo error de política económica.

Otra vez y otra vez…!!!

En varias oportunidades de la historia se ha repetido esta estupidez, tanto en materia de cortes de carnes como de trigo para pan, arguyendo que con ello se controla los precios internos y, por ende, la inflación.

En el 2007 se prohibió la exportación de carnes, las cuales solo constituyen un porcentaje menor respecto a la producción total.

Resultado: disminuyó en 12 millones el stock ganadero que todavía hoy, casi 15 años después, no se puede recuperar. Y los precios no bajaron!!!

Lo mismo sucedió con la exportación de trigo cuyo destino era Brasil, antigüo y leal cliente de Argentina.

Resultado: nuestro principal cliente compró trigo subsidiado de Canadá y el área sembrada disminuyó a la mitad. Y los precios no bajaron!!!

Genios actuales con la idea precaria y equivocada de «vivir con lo nuestro», en un mundo globalizado.

Victoria pírrica

La emisión monetaria es la más grande de los últimos 30 años. En todo el 2020 y en lo que va del 2021 cada peso de déficit fiscal se transformó en un nuevo peso emitido por el Banco Central.

Ello es así porque la recaudación tributaria cayó y sigue cayendo, porque las necesidades del Tesoro crecen y porque no hay acceso al mercado para colocar deuda pública.

Con el agravante de que se instaló la idea precaria e infantil que la emisión de dinero no genera inflación. Idea tan ridícula como la de establecer metas de inflación para controlar la inflación.

La pandemia de coronavirus, por otra parte, dejó al Gobierno con una sola vía para conseguir fondos: emitir dinero.

De paso, a manera de digresión, también sirvió para tener a todos los que deben tener libertdades civiles encerrados, aterrados y sin vacunas. Y libres y vacunados a los que tienen que estar presos. La «victoria» política que buscan.

Como proporción del PBI, es la expansión monetaria más importante en las últimas tres décadas.

Es de esperar que la situación económica explote y seguramente será peor que la crisis de fines del 2001.

Ya no nos puede salvar el FMI y muuuuucho menos el PAPA, el primero no hace magia y el segundo no puede ni quiere hacer milagros.

Doble indemnización

La doble indemnización vs. el cierre de empresas: las consecuencias de una incoherencia.

Las medidas tomadas por el gobierno para evitar los despidos de empleados por la menor actividad económica, a causa de la cuarentena eterna, ha provocado consecuencias o efectos colaterales muy dañinos y no previstos.

Las empresas deben pagar doble de indemnización por cada empleado despedido, medida ratificada en varias oportunidades, incluso hace pocos días. Pero las empresas, a su vez y en general, han perdido mucho dinero por menores ventas y/o por nula actividad debido a la cuarentena. Resultado: miles empresas cerradas, concursos de acreedores y pedidos de quiebra. (restaurantes, tiendas, talleres, abogados y cientos de actividades declaradas no esenciales).

Resulta que por la ley 20.744 toda empresa que cierra o quiebra tiene la obligación de pagar indemnización, pero en este caso solo el 50 o/o de lo que corresponde a un despido sin justa causa.

Aquí surge la incoherencia y precaria decisión; situación agravada porque las empresas ya no toman empleados nuevos ni siquiera en negro. En lugar de evitar despidos que sin duda hubieron, no se tomaron ni tomarán nuevos empleados y las empresas que cierran o declaradas judicialmente en quiebra indemnizarán con solo el 50 o/o.

¡El remedio es peor que la enfermedad!