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«Tiempo para el Crecimiento»

«Tiempo para el Crecimiento», publicado en Infobae el 30/05/25

El Javier Milei expuso su mirada sobre los factores que considera fundamentales para lograr el crecimiento económico argentino.

Estamos en condiciones de afirmar que, salvo que volvamos a abrazar las ideas socialistas, estamos en el sendero en que Haremos a la Argentina Grande (MAGA – Make America Great Again).

Se transcriben textualmente los principales conceptos:

…»La dinámica bajo la que ocurre el proceso por el cual se incrementa el producto per-cápita depende de modo crucial de la acumulación de capital, tanto físico como humano, por cada habitante. A su vez, para que el stock de capital se incremente, ello requiere que la inversión supere a la amortización del mismo, por ende, el marco institucional juega un rol crucial, ya que sin respeto por los derechos de propiedad (lo cual permite apropiarse de los resultados) la inversión no tendría lugar. En paralelo, para financiar dicha inversión es necesario contar con ahorro, el cual puede ser de origen interno (privado y estatal) o de origen externo (déficit de cuenta corriente y que obedece a la diferencia entre ahorro interno e inversión doméstica). Por ende, si el objetivo es crecer, mejorar el nivel de vida y con ello bajar la pobreza, lo primero que debemos entender es que la receta keynesiana (populista) de estimular el consumo vía déficit fiscal, redistribución del ingreso (justicia social) y llevarse por delante el derecho de propiedad tanto de los inversores como de los ahorristas sólo traerá pobreza. También debería quedar claro que pensar una estrategia de crecimiento liderado por las exportaciones tampoco tiene sentido, ya que implica exportar ahorro y por ende menos inversión (a pesar de los llorones del déficit de cuenta corriente, el cual sólo es malo si es fruto del desequilibrio fiscal y no de la decisión privada)».

«A la luz de esto, podemos afirmar que hoy, luego de dejar atrás los fantasmas de lo que podría haber sido la peor crisis de la historia (el doble de desequilibrio monetario previo al Rodrigazo, niveles de pasivos monetarios remunerados respecto de la base monetaria peores a la previa de la hiperinflación de Alfonsín e indicadores sociales -aún sin sincerar las variables- peores que los de 2001), Argentina está en condiciones para volver a crecer».

El Orden Macro y la Motosierra

«En primer lugar, el ajuste fiscal de 15% del PIB, 5 p.p. en el Tesoro Nacional (lo cual implicó una caída del 30% real en el gasto) y 10 p.p. en el BCRA impactan positivamente desde dos perspectivas. Por un lado, cerrar el déficit fiscal implicó dejar de emitir dinero y eso nos asegura que a más tardar para mediados de 2026 la inflación será un problema del pasado. Esto es, terminar con la inflación, la cual afecta de modo negativo a la asignación de recursos, disipa la distorsión de precios relativos (aun cuando es un efecto de una vez para siempre) y ello da sentido a la búsqueda del mejor precio (muchas gracias Ricardito por tus empanadas de sapo)#, donde en el caso contrario, las curvas de demanda se vuelven más inelásticas y ello confiere a los oferentes un mayor poder de fijación de precios con márgenes consecuentemente mayores».

«Por otra parte, el ajuste fiscal implica una devolución de ingresos al sector privado que en parte generará un aumento del ahorro y con ello de la inversión. Es más, la política del déficit cero, asegura una relación deuda/producto no creciente, por lo que ello asegura la solvencia intertemporal, lo cual predice que tarde o temprano el riesgo país colapsara (de hecho, al momento en que ganamos las elecciones era de cerca de 3.000 puntos básicos y hoy está buscando romper los 600), lo cual implica menores niveles de tasas de interés y con ello mayor acumulación de capital. Es más, el mero hecho de alcanzar el equilibrio fiscal en la línea financiera nos permitiría crecer por más de una década al 4% en términos per-cápita. Si a ello le sumamos que dicho equilibrio se alcanzó bajando el gasto público y no sólo que no se subieron los impuestos, sino que se bajaron, ello implica que dicha tasa de crecimiento es un piso».

«Lo más interesante es que frente a lo que todos decían que era imposible en términos cuantitativos y temporales, al tiempo que predecían una gran depresión sin que se pudiera bajar la inflación, la tasa de variación mensual de precios mayoristas se redujo en 50 veces y el nivel de actividad medido por el EMAE (mensual ajustado por estacionalidad) en el mes de diciembre de 2024 terminó 6% por encima del mismo mes de 2023. ‘De este modo, no sólo que hemos convertido a la Curva de Philips en una pieza de museo del terror, sino que en dicho proceso 10 millones de argentinos salieron de la pobreza».

El Capital Humano

…»Desde la campaña electoral señalamos que crearíamos el Ministerio de Capital Humano, ya que el mismo, no sólo ha jugado un rol destacado durante el Siglo XX, sino que fue determinante en el siglo previo vía el impacto en alimentación, la salud e higiene. Por ello, en su concepción original el ministerio citado se ocuparía de un modo integral de: (i) niñez y familia; (ii) salud; (iii) educación; (iv) recapacitación; (v) trabajo y (vi) sistema previsional. De este modo, las dos primeras áreas se ocuparían de la primera generación de capital humano, mientras que las tercera y cuarta lo harían de la segunda generación, de modo tal de pavimentar las bases de un mercado laboral robusto y que en paralelo pudiera sentar las bases del ordenamiento del sistema previsional. En estricto rigor, todos los objetivos hoy están siendo sobrecumplidos, donde la única consideración que vale la pena señalar que los problemas heredados en el sector de Salud eran de tal magnitud que los mismos requirieron que dicho área se convirtiera en Ministerio».

Libertad Económica y Desregulación

«Aquellos países que son más libres crecen el doble que los reprimidos y ello hace que el producto per-cápita de los países libres sea doce veces más altos que el de los países que son reprimidos. No sólo eso, sino que, además, los países libres tienen 25 veces menos de pobres en el formato standard y 50 veces menos en el formato extremo respecto de los países reprimidos, al tiempo que la vida promedio es un 25% más larga. En definitiva, no hay motivos para no abrazar las ideas de la Libertad, salvo que usted tenga algún tipo de obstrucción mental y/o espiritual o viva del saqueo estatal. Por lo tanto, la base moral de nuestra política ha tomado como norte la definición de liberalismo del Profesor Alberto Benegas Lynch (h), la cual sostiene que el liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. Cuyas instituciones son: (i) la propiedad privada; (ii) mercados libres de intervención estatal; (iii) libre competencia (libre entrada y salida); (iv) división del trabajo y (v) cooperación social. De hecho, aun cuando uno no contara en su caja de herramientas con conocimientos de economía, tal como señala Jesús Huerta de Soto en su trabajo sobre la teoría de la eficiencia dinámica (máximo crecimiento), el sólo hecho de diseñar la política respetando los valores éticos y morales de occidente (las ideas de la libertad), serían condición suficiente para lograrlo, ya que nada que sea injusto puede ser eficiente (aunque sangre el óptimo de Pareto), mientras que todo aquel sistema que sea justo es eficiente (donde el único sistema que cumple esto es el capitalismo de libre empresa)».

«Respecto a la desregulación, al igual que con el accionar de capital humano, Argentina es motivo de admiración mundial. La lógica subyacente es simple y estaba contenida en la obra de Adam Smith y en la mejora propuesta Allyn Young»…

«Por ello, es que en nuestra concepción no sólo es importante abrir la economía por ampliar el tamaño del mercado, sino que también hay un rol fundamental para la defensa de las dos vidas, que, si bien es un imperativo moral, la demografía juega un rol determinante en el crecimiento. Si a ello le sumamos las contribuciones de Julián Simon sobre el progreso tecnológico impulsado por la demanda (la mayor población genera un fenómeno de congestión que el sistema de precios empuja a resolver) y el impulsado por la oferta (resulta más probable encontrar un Mozart en una población de un millón de personas que en una de mil), por lo que dado el destrozo que han causado las políticas verdes sobre la natalidad y el nivel de población futura (al límite estúpido de exterminar a la especie humana por cuidar el planeta) debería replantear las políticas en materia demográfica más allá de la atrocidad de estar asesinando seres humanos en evolución en el vientre de la madre».

«Sin embargo, la discusión no se agota en la cuestión demográfica. Desde el punto de vista de la teoría neoclásica, la existencia de rendimientos crecientes es considerado como algo negativo, ya que implica la existencia de estructuras concentradas (en el caso más extremo monopolios). A su vez, dado que ello implicaría un punto no correspondido con un óptimo de Pareto, ello justificaría una intervención estatal para que la empresa se asemeje al caso de una empresa bajo competencia perfecta».

«Consecuentemente, la regulación, en el altar de Pareto, aniquilaría a los rendimientos crecientes y con ello a los monopolios, sin darse cuenta que en el medio exterminaría al crecimiento económico. Por lo tanto, aquí la base de la política de desregulación: desregular libera los rendimientos crecientes, y con ello se liberan las fuerzas del crecimiento económico. De ahí el DNU 70/23, La Ley Bases y las reformas estructurales y desregulaciones que en su conjunto ya es 25 veces mayor a la de Carlos Saúl Menem (la cual había sido, hasta ahora, la más grande de la historia)».

Reflexiones Finales

Si a todo lo mencionado le sumamos el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) y el potencial productivo en sectores como petróleo, gas, minería (uranio, cobre, oro y litio), el campo argentino (por lejos el mejor del mundo), el desarrollo del sector nuclear y la inteligencia artificial, estamos frente a una oportunidad de crecimiento enorme. Esto es, hay sectores que brindan amplias oportunidades, hay menores tasas de interés por caída del riesgo país, hay menos distorsión inflacionaria y una presión impositiva a la baja (por crecimiento y por ampliación de la base imponible ante menores tasas impositivas y regulaciones), por lo que hay fundamentos para apostar por el país. Al mismo tiempo, dada la inserción en el mercado internacional de los sectores en cuestión resulta claro que vamos camino a un peso más apreciado, lo cual no debería ser motivo de preocupación, ya que las divisas que ingresen por dichos sectores se volcarán en el sector no transable de la economía (esto es, servicios), donde no sólo dicho sector es más intensivo en mano de obra, sino que, además la velocidad de creación de dichos puestos de trabajo es mucho más elevada. Por lo tanto, estamos en condiciones de afirmar que, salvo que volvamos a abrazar las ideas socialistas, estamos en el sendero en que Haremos a la Argentina Grande Nuevamente (MAGA – Make America Great Again)».

¡VIVA LA LIBERTAD CARAJO!

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# nota: Ricardo Darín es un actor serio y respetable, nunca fue K y lamentablemente se equivocó con el ejemplo de las empanadas.

Ley de Bases y el paquete fiscal que aprobó Diputados

LA NACION – 01/05/2024

Martín Menem aplaude al inicio de la sesión para avanzar con la "ley de bases"

El Gobierno aprobó en general en Diputados antes de la movilización sindical por el Día del Trabajador; las concesiones del oficialismo para evitar un nuevo fracaso parlamentario.

La maquinaria parlamentaria del oficialismo se puso a prueba una vez más y esta vez logró aprobar en general la “Ley de bases” y el paquete fiscal. Si bien el Poder Ejecutivo lubricó el diálogo político y eliminó cláusulas que concitaban fuerte resistencia en los bloques amigos, persisten reformas de peso.

Martín Menem consiguió los votos al cuerpo total de la ley y ahora busca la aprobación de los distintos capítulos del proyecto (no se hará una votación por artículo, primer logro del oficialismo). A priori, con el objetivo de garantizar el trámite menos traumático posible, el oficialismo aceptó eliminar los temas más urticantes. Así fue como en el camino quedaron la privatización del Banco Nación, el intento por darle un nuevo destino al Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) que maneja la Anses y las modificaciones a la ley de defensa de la competencia.

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Entre los puntos más importantes del paquete fiscal figuran:

  • Impuesto a las ganancias. El proyecto reinstala este tributo para la cuarta categoría para aquellos salarios superiores al $1,8 millones de pesos para los trabajadores solteros y 2,2 millones para los trabajadores casados con dos hijos. El Gobierno pretendía que la actualización de estos pisos mínimos fuese anual pero, ante la presión opositora, los funcionarios de la Casa Rosada accedieron a que haya una actualización trimestral este año (sería en setiembre) y que, a partir del año próximo, sea semestral. También será semestral la actualización de los topes de facturación en las distintas escalas del régimen de monotributo.
  • Blanqueo de capitales. El proyecto establece que los activos por hasta los US$ 100.000 tendrán una alícuota del 0%, mientras que los montos superiores abonarán alícuotas crecientes en función del momento en que ingresen. En la primera etapa, que se extenderá hasta el 30 de septiembre de 2024, la tasa sobre el excedente será del 5%; en la segunda etapa, hasta el 31 de diciembre de 2024, será del 10%; y en la tercera, hasta el 31 de marzo de 2025, del 15%.
  • Bienes Personales. Se establece una fuerte rebaja en este tributo. El mínimo no imponible subirá de $ 11 a $ 100 millones y la deducción por la vivienda familiar pasará de $ 56 a $ 350 millones, lo que implica que se reducirá la base de contribuyentes alcanzados. Estos importes se ajustarán cada año en función de la variación anual de la inflación difundida por el INDEC. Otro de los beneficios es la reducción gradual de la escala de alícuotas progresivas, eliminándose la discriminación existente para bienes situados en el exterior. Para el ejercicio fiscal 2023, la alícuota máxima que se propone es del 1,5%, la cual se irá reduciendo paulatinamente hasta alcanzar el 0,25% en el 2027, por debajo del 0,75%. Además, se crea un régimen especial que permite adelantar el pago de 5 años (del 2023 al 2027) en una cuota con una alícuota reducida del 0,45% por año por el patrimonio que supere el mínimo no imponible, y posteriormente será del 0,25% del excedente hasta 2028.
  • Monotributo. El proyecto plantea un aumento tanto de los niveles de facturación –con un tope máximo de $68 millones anuales- como la cuota mensual a pagar. Esos aumentos oscilan entre el 200 y el 300%, según la categoría. Asimismo, se amplían los límites de facturación de locaciones y servicios, con nuevas categorías para este segmento, igualándolas a la de venta de cosas muebles.
  • Moratoria de obligaciones tributarias, aduaneras y de seguridad social no regularizadas. Permitirá pagar obligaciones vencidas al 31 de marzo de 2024 en hasta 84 cuotas con diversos beneficios como la condonación de la totalidad de las multas y de hasta el 70% de los intereses por los saldos adeudados, dependiendo la modalidad de pago.

Algunos de los puntos más relevantes en la “Ley de bases”:

  • Facultades delegadas. De las once emergencias reclamadas originalmente, la Casa Rosada pretende ahora cuatro autorizaciones del Congreso: administrativa, económica, financiera y energética por el plazo de un año.
  • Privatizaciones. De las más de 40 empresas sujetas a privatización, el Gobierno redujo sustancialmente este número y las limitó a nueve. Se incluyen Aerolíneas Argentinas, Enarsa, Radio y Televisión Argentina e Intercargo. En tanto, se propone que sean privatizadas de manera parcial las empresas AySA; Correo Argentino; Belgrano Cargas; Ferrocarriles (SOFSE) y Corredores Viales. El oficialismo debió dar marcha atrás en privatizar el Banco Nación y a las firmas subsidiarias, entre ellas Nación Seguros.
  • Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI). Solo admite proyectos que involucren un monto de inversión igual o superior a u$s200 millones. A ellos se les ofrece un amplio menú de beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios. Sectores de la oposición dialoguista pretenden que también las PyME puedan ingresar en este régimen con un monto de inversión menor.
  • Moratoria previsional. Los legisladores amigos colaron un régimen de Prestación de Retiro Proporcional para aquellas personas que hubieran alcanzado los 65 años de edad y que no cumplan con el requisito de los 30 años de aporte. Fue una demanda opositora ante la decisión del oficialismo de eliminar las moratorias previsionales.

Dentro de la versión más acotadas de la antigua “ley ómnibus”, que pasó de los más de 600 artículos a los pocos más de 250 que contiene el proyecto ahora, se incluye una reforma laboral acotada. Si bien se contemplan muchos de los cambios que el Presidente impulsó en el capítulo frenado por la Justicia del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, se quitaron los artículos resistidos por los sindicatos, entre ellos el de la llamada “cuota solidaria”.

Las reformas que quedaron en el capítulo laboral de la “ley de Bases”:

  • Período de prueba. Si bien se mantiene la vigencia de seis meses para la generalidad, este período de prueba se puede ampliar, aunque se contempló un plazo mayor para las Pymes. Podrá ser de hasta ocho meses en las compañías de seis y hasta cien trabajadores; y de hasta un año en las empresas de hasta cinco empleados.
  • Fondo de cese laboral (al estilo Uocra). Este mecanismo sirve como alternativa a las indemnizaciones y deberá ser constituido mediante convenio colectivo de trabajo. El monto del aporte mensual, que no podrá superar el 8% del salario, corre únicamente por cuenta del empleador y constituirá un fondo de cese laboral. El proceso administrativo, en tanto, deberá ser reglamentado por la Secretaría de Trabajo.
  • Discriminación. Se estipula un “agravamiento indemnizatorio” en los despidos que, tras una sentencia judicial, se pruebe que estos fueron motivados por un acto discriminatorio.
  • Simplificación registral. Establece un régimen simplificado de registración laboral con un aporte único para las empresas de hasta 20 empleados.
Después de la reunión de labor parlamentaria, se debatirá la "ley de bases" en Diputados

«Los fantasmas del 2001» – Noche de los Museos en Agroindustria


por Matias Longoni

Textos irónicos por Matías Longoni.-

Este sábado el Ministerio de Agroindustria abrirá sus puertas a la comunidad durante lo que ya se está transformando en un clásico: la noche de los museos. Las autoridades de la casa han preparado una serie de actividades para contar una larga historia de 119 años. En efecto, el Ministerio de Agroindustria (o de Agricultura, como se llamó hasta antes de que los políticos inventaran ese versito de “industrializar la ruralidad” o ser “supermercado del mundo”), fue creado el 12 de octubre de 1898 por Ley 3727.

Mientras las oficinas de altos techos (y sobre todo los choferes tomando mate) aguardan la llegada de quien será el nuevo ministro, el ex presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere, la Noche de los Museos ofrecerá a la gente de a pie la chance de enterarse que el primer ministro también pertenecía a las filas de esa institución gremial. Fue Emilio Frers, uno de los principales impulsores de la siembra de alfalfa en el país. Sí, alfalfa. La soja llegaría muchísimo después.

Más allá de estas historias fascinantes, para los visitantes que esta noche vayan a Paseo Colón 982, la gran atracción será recorrer los pasillos de la vieja construcción diseñada por el estudio Kimbau y Cía. Fue a partir de un decreto de 1911 que asignó la mitad sur de la manzana comprendida entre las calles Paseo Colón, Carlos Calvo y Azopardo para la construcción de un Asilo Nocturno para la ciudad. Tenía 51,96 metros de frente. El sueño del pibe, pero para albergar un grupo de menesterosos que no tenían donde caerse muertos.

Dicho edificio se proyectó para dar albergue a 100 mujeres, 25 niñas, 45 niños y 370 hombres, es decir, en total a 540 personas. Se proyectó con “oficinas, comedores, baños, peluquerías, cocinas, depósitos varios, casita para el administrador, una enfermería, talleres, escuela y otros anexos necesarios; también lavadero y caballerizas; estos dos últimos en edificio aparte”.

¡Mirá si había lugar! De todos modos, actualmente no da abasto para los más de 7.000 empleados que tiene esa cartera y hubo que salir a alquilar otros edificios vecinos. Y eso que había varios “empleados” de le gestión de Julián Domínguez que hasta hace poco ni aparecían o iban a trabajar apenas unas pocas horas cada semana.

De estilo neogótico, con algunos retoques vinculados al estilo Tudor y otros renacentistas, el primer edificio que actualmente alberga a Agroindustria demandó varios años. Luego vino un segundo edificio idéntico, que se inauguró en 1931 y que ocupó originalmente una empresa llamada YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), bastante chica por ese entonces.

Recién en 1938 ambas construcciones pasaron a ser la sede de la entonces Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación.

Pero volvamos a esta noche, la noche de los museos. Quienes concurran a la sede del Ministerio de Agroindustria posiblemente puedan cruzarse con algunos de los fantasmas que, es vox pópuli, merodean por los pasillos de ese Ministerio.

Hay muchos fantasmas, pero los más populares de todos, por sus alaridos y gritos de desolación, son los famosos “secretarios fantasmas del 2001”.

Se trata de criaturas casi mitológicas: personas que en medio de la crisis institucional más profunda que vivió la Argentina estuvieron a punto de asumir en el principal cargo de la política agropecuaria local, pero finalmente o no pudieron hacerlo o lo hicieron durante apenas unas pocas horas.

De allí los lamentos que todavía se escuchan por las noches en el viejo edificio de Paseo Colón.

Uno de esos fantasmas todavía pulula por allí y hasta se lo menciona para ocupar una silla en la nueva gestión de Etchevehere. Se llama Bernardo Cané, es veterinario y se hizo conocido en la década de los noventa, cuando en la gestión de Carlos Menem el país lograba dominar la fiebre aftosa. Cané estaba entonces a cargo del Senasa y pocos recuerdan que estuvo a punto de ser secretario de Agricultura en marzo de 2001, cuando Domingo Cavallo regresó a la vida pública como hombre fuerte del gobierno de la Alianza. ¿Recuerdan?

Hagamos memoria. A principios de marzo de ese año, después de meses de ocultamiento por parte de la gestión de Antonio Berhongaray, estalla la crisis de la aftosa. En simultáneo también estalla la crisis económica y asume el “bulldog” Ricardo López Murphy. Tan fuerte era el ajuste que proponía que su gestión duró apenas una semana: el 21 de marzo era reemplazado por Cavallo. Pero, en medio, el área de Agroindustria vivió una gran zozobra: fue reducirda apenas a una Subsecretaría que iba a depender de la Secretaría de Producción que durante esos escasos días estuvo al mando de Víctor Savanti, un ex presidente de IBM.

De esa semana son los primeros fantasmas que hoy pululan sin destino por la sede de Agroindustria: para ocupar la degradada Subsecretaría surgieron entonces nombres como los de Eduardo Manciana o la economista Beatriz Nofal. Ambos se quedaron con las ganas.

Con el desembarco de Cavallo y el alejamiento de López Murphy, Agricultura recuperó su rango y el nombre de Cané comenzó a sonar fuerte para ser secretario. Durá apenas unas horas, pues finalmente asumió Marcelo Regúnaga y Cané fue enviado nuevamente al Senasa para hacer lo que sabía hacer bien: arreglar con el monopolio, vacunar y a otra cosa mariposa.

Cané es desde entonces como un alma en pena. A los pocos meses hasta se lo vio refugiado como ignoto asesor de un ex ministro de la Producción de Eduardo Duhalde, un tal Aníbal Fernández.

No son los únicos “secretarios fantasma” que dejó la crisis de 2001, que como todos sabemos desencadenó en el cacerolazo, las marchas de diciembre, la mortal represión, la renuncia de Cavallo y la huida del ex presidente Fernando de la Rúa.

Quienes concurran a la noche de los museos quizás puedan encontarse en un pasillo también con Jesús Leguiza. Un avezado economista correntino.

Leguiza tuvo dos experiencias que lo llevaron a ser “el eterno candidato”. La primera data fue de abril de 1999, cuando de la economía se ocupaba un economista llamado Roque Fernández. En aquel momento los cordoboses de Juan Manuel De la Sota (que había apoyado la reelección del caudillo Carlos Menem, aunque ahora se haga el distraído) habían copado el viejo asilo de Paseo Colón y uno de ellos, llamado Gumersindo Alonso, era el secretario. Pero Roque Fernández decidió reemplazarlo sin pedir permiso a Menem. En aquel momento Leguiza era subsecretario y su nombre sonó durante un par de días para asumir para asumir esa cartera.

Casi dos años después, tras la violenta crisis de fin de 2001 y cuando comenzaba la reconstrucción institucional de la Argentina, le llegó el turno de la revancha a este correntino, un técnico muy eficiente que conocía al dedillo los pliegues de la política agropecuaria, pues había acompañado casi todas las gestiones desde que Felipe Solá habitara el museo de Paseo Colón.

El 23 de diciembre de 2001, la asamblea legislativa proclamó como nuevo presidente al puntano Adolfo Rodríguez Saá. De inmediato surgió el nombre de Jesús Leguiza para hacerse cargo de Agricultura. Era número puesto y su nombre formó parte de los anuncios.

Pero la ilusión duró apenas ocho días. El 30 de diciembre de 2001 el Adolfo renunciaba y 48 horas después era reemplazado por Duhalde, aunque Leguiza tuvo que quedarse hasta fines de marzo del 2002, dado que se tuvo que reformar la estructura organizacional de dicha Secretaría a pedido de De Mendiguren, el nuevo Secretario de Produción de Duhalde.

Desde entonces pueden escucharse por las noches sordos «sapucai» de dolor en el palacio de Agroindustria de la Av. Paseo Colón.

2013 – Acta de aprobación del Pacto Correntino

En un colmado Teatro Vera de la ciudad de Corrientes, se suscribió el Acta de Aprobación del Pacto Correntino para el Crecimiento Económico y el Desarrollo Social: lo hicieron el Gobernador Ricardo Colombi, el Vicegobernador, Pedro Braillard Poccard, el Ministro Secretario General de Gobernación, Carlos Vignolo y el Secretario de Planeamiento, Sebastián Slobayen.

Asimismo, en representación de la sociedad civil, lo hicieron el presidente del Órgano Asesor Colegiado, Jesús Leguiza y los presidentes de los Consejos Regionales: Carlos Vasallo (Región Capital), Alfredo Aún (Región Tierra Colorada), Martín Reiniero (Región Centro-Sur), Miguel Galarza (Región Río Santa Lucía), Vladimir Velazco (Región Noroeste) y Hugo Montenegro (Región Humedal).Pacto Correntino

Grupo de Consulta


Inspirados en la experiencia de sus viejos colegas del área energética, un grupo de ex secretarios de Agricultura creó un espacio de consulta sobre política agropecuaria, que fue presentado ayer en la Bolsa de Bolsa de Comercio de Rosario.
Inspirados en la experiencia de sus viejos colegas del área energética, un grupo de ex secretarios de Agricultura creó un espacio de consulta sobre política agropecuaria, que fue presentado ayer en la Bolsa de Comercio de Rosario. Aunque es evidente que no comparten la política del gobierno nacional, aclaran que no se trata de crear un lobby para alimentar el discurso de algún candidato opositor sino de constituirse en un mojón de referencia para las discusiones relacionadas con el sector. En primera medida, conciben su trabajo como una «misión» destinada a «demostrar a la sociedad» que «la industria argentina es el sector.

La frase de Jesús Leguiza, quien llegó al máximo sillón de la cartera agropecuaria durante el breve gobierno de Adolfo Rodríguez Saá, condensó el espíritu que los reúne: «Abandonar el concepto arcaico de la actividad agropecuaria, que la ubica como algo que sólo puede generar renta, cuando en realidad dos tercios del aumento de la producción en los últimos 20 años se explican por tecnología», dijo Lucio Reca, ex jefe de Agricultura durante el gobierno de Raúl Alfonsín, y decano de los ex funcionarios presentes.

Los otros dos fueron Rafael Delpech, ex secretario durante la presidencia de Eduardo Duhalde y Marcelo Regúnaga, ex funcionario de Carlos Menem y Fernando de la Rúa. Este último fue el encargado de disparar una comparación provocativa: «Entre 1998 y 2008 la producción de autos creció 50 por ciento, y el sector creó 11 mil empleos; si la producción agropecuaria crece 50 por ciento, en cambio, se crearían 220 mil empleos», dijo.

Para Delpech, un tercio de la población argentina vive en ciudades de menos de 100 mil habitantes, donde se percibe cómo las cadenas agroindustriales se constituyen en la base de «tramas complejas» que «crean empleo, expanden la actividad económica y generan divisas». Recordó que el complejo agropecuario involucra a 400 mil pymes insertas en un vasto espacio territorial, económico y social y estimó que el 35 por ciento del empleo depende del sector.

Los ex funcionarios pusieron estos conceptos por escrito en un documento que comenzaron a elaborar en 2010 llamado «La agroindustria para el desarrollo argentino, aportes para una política de Estado». Allí cargaron contra las retenciones a la exportación y ofertaron tomarla a cuenta de anticipos del impuesto a las ganancias, en el marco de una reducción gradual. Por otro lado, propusieron crear un consejo federal de infraestructura para el agro. El nuevo club de secretarios, esta vez de Agricultura, señaló que a diferencia de sus colegas de energía, ellos están trabajando más en el disñeo de políticas para largo plazo. Su próxima reunión será en el Congreso, donde invitarán a los referentes de las diferentes bancadas.