En el marco de un convenio con el Banco Interamericano de Desarrollo, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) adquirió 267 equipos de geoposicionamiento satelital (Sistema de Posicionamiento Global – GPS), que serán distribuidos a sus técnicos de todo el país para el rastreo de plagas vegetales.
Los equipos fueron entregados durante un acto encabezado por el presidente del Senasa, Jorge Amaya, y en el que estuvieron, además, el vicepresidente, Carlos Casamiquela, el director nacional de Protección Vegetal del Organismo, Diego Quiroga, y el director ejecutivo de la Unidad de Gestión del Programa BID, Jesús Leguiza.
Los equipos y la tecnología, adquiridos por medio del convenio BID – Operación 1950 OC/AR, contribuirán a la determinación de la distribución geográfica de cultivos y la verificación en terreno de detecciones o denuncias de plagas por medio del Sistema Nacional de Vigilancia y Monitoreo (Sinavimo) del Senasa.
Asimismo permiten determinar con alta precisión, la ubicación de un suceso en el terreno (georeferenciación), lo que facilita su registro y brinda la posibilidad de regresar al mismo sitio para realizar el seguimiento.
También facilitan la medición de distancias, superficies, delimitación de lotes y constituyen una fuente básica de información para la elaboración de cartografía digital contribuyendo a la informatización de la información.
Además permiten la ubicación geográfica de establecimientos y producciones sujetas a programas de registro (Renspa, Viveros, Programa de exportación de cítricos a la Unión Europea), identificación de la ubicación de trampas específicas y sitios de toma de muestras (Programa Nacional de Supresión de Carpocapsa y Programa Nacional de Control y Erradicación de Mosca de los Frutos).
Con estos equipos pueden ubicarse los sitios en los que se realizan tratamientos específicos de control como los programas de control biológico de Sirex Noctilio; de Acridios y de control y erradicación del picudo del algodonero, el replanteo en el terreno de áreas bajo tratamiento, la delimitación, la ubicación de lotes cuarentenarios y la medición de distancias de aislamiento.
¡Doscientos años de la Revolución de Mayo de 1810!. Mucha agua ha pasado bajo el puente y sin embargo somos aún un país adolescente si nos comparamos con otros de Asia o de Europa que llevan miles de años de existencia. Por ser jóvenes estamos llenos de oportunidades, desafíos y contamos con las ventajas que tal condición conlleva. Hace 100 años, en los mismos festejos para el Centenario, la situación de Argentina no era fácil. Hubieron luces y sombras: grandes eventos, celebraciones, inauguraciones por doquier, actos culturales en el mismísimo Teatro Colón, importantes visitas del extranjero y también protestas sociales, represión policial y estado de sitio. El país, sin embargo, se perfilaba como una potencia semejante a los Estados Unidos, pero lamentablemente con malas políticas: distribución de tierras, dilapidación de fondos públicos, confusión entre los roles de los poderes del estado, fraude político, desidia en la justicia, gran decadencia social y un contexto internacional desfavorable.
Antes y después del Centenario, hemos vivido de todo, mejor dicho la Argentina vivió muchas experiencias, buenas y malas, como sucede en la vida de cualquier ser humano. Estas experiencias, que en términos de paso del tiempo se denominan etapas de la historia, por ejemplo, constituyeron los primeros años de la Revolución de Mayo (1810-1820), las Luchas Interiores para lograr la unión nacional (1820-1853), la Organización Institucional (1853-1880), los éxitos de la Generación del ’80 (1880 -1916), el periodo Radical de 1916 a la crisis mundial (1916-1930), la Década Infame (1930-1946), el primer y segundo gobierno de Juan Perón (1946-1955), los interludios Civiles y Militares (1955-1983), la nueva democracia de Raúl Alfonsín (1983-1989), la década de 1990 y el nuevo siglo, ahora.
En ese transcurrir breve pero de intensa historia de 200 años, el agro estuvo presente fue actor, partícipe y sin duda el motor de la economía. De manera que, en este Bicentenario, el mismo merece y tiene su reconocimiento a través de estas líneas porque sigue con la misma actitud y el mismo compromiso. En cada una de estas etapas listadas es necesario rescatar lo bueno, lo que ayudó a que hoy nuevamente se pueda festejar otro centenario. Aplicando los tres filtros o preguntas que hacía Sócrates: “lo que me vas a contar es útil, es bueno, es verdadero. Si es así, entonces hazlo”.
En la primer década, los primeros años de la Revolución (1810 y 1820), cuando ya existía el ganado vacuno cimarrón, se consolida la explotación de las vaquerías y los saladeros, llegan las nuevas ideas económicas liberales trasmitidas por Belgrano y por Mariano Moreno, entre otros y el país buscaba romper con el monopolio español de comercio exterior. Se escribió, en blanco y negro, el primer plan económico de Rivadavia.
Durante las Luchas Interiores (1820-1853) se destaca el primer empréstito de la Baring Brothers, las ideas progresistas de Pedro Ferré, un visionario correntino de la industria y el transporte fluvial, las peleas por la “caja”, que constituían los aranceles aduaneros, las posiciones de federales y unitarios, la gobernación de Juan Manuel de Rosas, la Ley de Enfiteusis, primer antecedente del reparto de tierras públicas que no iban más allá de 100 km de la actual Capital Federal.
En la etapa de la Organización Institucional (1853-1880) continúa el reparto/venta de esas tierras públicas, la llegada del barco francés L’ frigorifique “Charles Tellier” para realizar la primer exportación de carnes frescas, se inicia la instalación de las primeras trochas de los ferrocarriles que constituyeron los primeros medios de comunicación con el interior del país, realmente en el verdadero corazón productivo. Se realizaron los primeros censos de 1864 de habitantes y más tarde el agropecuario para conocer la línea de base, de partida, para saber dónde estábamos parados. No se puede dejar de mencionar, con sus pro y sus contra, la conquista del desierto para la expansión territorial. Es el preludio la diversificación productiva, la economía del azúcar en el todo el norte. En esa región se instaló la estación experimental de Obispo Colombres, precisamente en Tucumán. Lo más importante de todo fue el trabajo de Vélez Sarsfield con la determinación precisa de los derechos de propiedad, tal es así que prohibió expresamente el denominado derecho real de superficie (arts. 2503 y 2614 del Código Civil), usado en Europa y basado en el Derecho Romano. No había dudas, se estaba marcando el rumbo del país hacia un capitalismo incipiente, pero con firmes normas legales para la propiedad privada.
Con la mentada Generación del 80 (1880 -1916) la Argentina se sumerge de lleno al sistema capitalista y a la economía del intercambio internacional, principalmente con Inglaterra. Sarmiento, con sus cartas desde EEUU, promocionaba la agricultura y, a instancias de él, se crea la Dirección de Agricultura del Ministerio del Interior usando como modelo el Departamento de Agricultura de ese país. Con la Presidencia de Roca, en 1898, se crea el Ministerio de Agricultura con Emilio Frers a la cabeza, área de gobierno que ahora nuevamente tiene la misma jerarquía, un homenaje en el Bicentenario. El agro influía hasta en la cultura, se edita el libro del Estanciero de José Hernández, del autor del Martín Fierro, “Mataderos” de Esteban Echeverría y otros tantos. Se promociona, también desde el Estado las inmigraciones masivas, se funda la primer colonia agrícola en Esperanza, Santa Fe y la primer cooperativa judía en Basavilbaso, Entre Ríos, ello para iniciar la ocupación territorial y el trabajo agrícola de los “gringos”. También llegan científicos, como Amado Bonpland, médico de Napoleón, que sistematiza el cultivo de la yerba mate. Se funda la Sociedad Rural Argentina (SRA) y otras sociedades rurales en el interior que hoy aún existen y forman parte de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). Por otra parte, surgen las primeras reivindicaciones de los productores agropecuarios no propietarios con el Grito de Alcorta en 1912 debido a los altos costos de los arrendamientos. Seguidamente la fundación de la Federación Agraria Argentina (FAA).
Con los Radicales en el periodo (1916-1930): se inicia la etapa de la verdadera ganadería con la importación de razas europeas, se realiza el primer contrato con Guillermo Blackhouse para la utilización de semillas seleccionadas y de calidad. Y tuvo gran repercusión el pacto Roca-Ruciman con Inglaterra para mantener el principal mercado de exportación de carnes, cuando ésta dio prioridad a sus colonias del Commonwealth.
Durante el extenso lapso de la Década Infame (1930 -1946) se destaca el predominio de la pampa húmeda con la expansión de la agricultura, trigo y maíz, se instalan los primeros elevadores de granos en los pocos puertos existentes. Uno de los temas centrales del Ministerio de Agricultura fue la lucha contra la langosta y la aftosa, en este caso con la creación del Servicio de Luchas Sanitarias (SELSA), antecedente del SENASA de hoy porque EEUU ha impuesto una importante barrera sanitaria-comercial por el plan de vacunación de Méjico. A partir de 1935 y, como respuesta a la crisis mundial del año ‘30, se crea el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la Junta Nacional de Granos (JNG) y la Junta Nacional de Carnes (JNC), como también la Junta Nacional del Algodón (JNA) qoe constituyen los primeros pasos de la intervención del Estado en la economía y las finanzas.
En las primeras épocas del Peronismo (1946 -1955) surge, como política agrícola, el primer plan quinquenal; el Instituto Nacional de Granos y Elevadores. Las obras de infraestructura, conductos de agua, asociados a usinas hidráulicas de generación eléctrica, pequeños diques en la zona andina para áreas para riego y como consecuencia indirecta, nace otra la expansión agrícola y frutícola extrapampeana. Con el Instituto de Promoción del Intercambio (IAPI), la nacionalización de la banca y el comercio exterior el Estado inició una etapa de economía keynesiana e intervencionista. El tractor Pampa y el Rastrojero son símbolos que duraron hasta los años ’70, fueron respuestas peronistas a la necesidad de marcar soberanía nacional y la independencia económica, ahora ya de EEUU. Surgen los primeros antecedentes para una ley de semillas, se dicta el Estatuto del Peón Rural como protección a la clase trabajadora del campo. En complemento o contraparte nacen más gremios empresarios de CRA. A nivel internacional nace el Acuerdo General de Tarifas y Comercio (GATT), antecedente de la actual Organización Mundial del Comercio (OMC) y sus múltiples Rondas en pos de la libertad de comercio. En la Ronda Uruguay la Argentina tuvo un papel preponderante y fue uno de los países líderes
En la interfase de gobiernos Civiles y Militares (1955-1983) no existen cambios sustanciales profundos, salvo las ideas de Frondizi y Frigerio, pero tuvieron que ver más con otros sectores de la economía como la exploración y explotación del petróleo, aunque fue la base para la industria petroquímica actual y abastecedora del sector agropecuario. Se inicia la sustitución del uso del ferrocarril con rutas paralelas para el transporte interno y el uso del masivo del camión para el traslado de carga general y de granos en particular. En 1956 se crea el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y en 1973 irrumpe la soja en la pampa húmeda, que el Ministro Le Bretón encargó de experimentar el cultivo a partir de 1925, así como la promoción del algodón en la región del chaco, debido a una plaga llamada picudo del algodón que hizo estragos en el sur de EEUU. Recién a partir de la década de 1960, el mismo Estado, promoverá el cultivo de soja en varias provincias del país, Tucumán, Córdoba, norte de Santa Fe, noreste de Corrientes. En 1977 se modifica el régimen del sistema financiero y los créditos, en general, pasaron a ser indexados. Esto generó en alto endeudamiento para toda la economía, todos los sectores productivos y todas las regiones de país, situación que entra en crisis posteriormente.
Con el advenimiento de la nueva democracia (1983-1989), el agro debe enfrentar ese sistema de créditos indexados, los denominados créditos a valor producto que surgieron como consecuencia de los largos períodos inflacionarios y que continuaron con los denominados índices Aguado elaborados por el BCRA hasta casi fines de la década. El agro, sin embargo y, sobre todo, la agricultura pampeana con los cultivos que integran la “cosecha argentina” (maíz, trigo, girasol y soja), llegaron a superar los 45 millones de toneladas en 1988. Las exportaciones de carnes también llegaron a cifras importantes, más de 500 millones de dólares y se abasteció a mercados nuevos como la ex URSS. Por la gran concertación de países que no subsidiaban a la actividad agropecuaria surge el grupo Cairns, en el marco de la Ronda Uruguay del GATT y fue un lugar estratégico para canalizar las demandas de libre comercio de productos agrícolas y la eliminación de los subsidios de la Unión Europea y EEUU.
La argentina colapsó con dos hiperinflaciones y durante el gobierno Menemista (1989-1999) hubo que tomar medidas drásticas, medias no exclusivas en el contexto internacional y con la asistencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la banca multilateral principalmente el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF o Banco Mundial) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Se inicia la desregulación económica con señales muy duras para contener la inflación con el anclaje en un tipo de cambio único y fijo, la convertibilidad. El agro se encontró en este periodo con alto endeudamiento, pero sin embargo desde el Estado se realizaron refinanciaciones (cédulas hipotecarias) y se creó, por ejemplo, el Instituto Nacional de Semillas (INASE), para garantizar el comercio de las semillas inscriptas bajo el régimen de propiedad de los obtentores de nuevas variedades, se autorizó la introducción de la soja transgénica, del maíz transgénico y del algodón transgénico, al mismo tiempo que nuestro principal competidor, EEUU. Esto conllevó a la siembra directa y a la conservación de los suelos. Ha sido una nueva y gran revolución productiva para el agro y, en la cosecha 1997/98 se había duplicado a 88 millones de toneladas. No por ello, se dejó de apoyar otras inquietudes de los productores y la Argentina fue el primer país de América en contar con normas para la producción orgánica. En 1995 se crea la Organización Mundial del Comercio (OMC), que sustituye al GATT y entra en pleno funcionamiento el MERCOSUR. La Argentina eliminó la aftosa con la participación directa y responsable de los ganaderos, con solo el control del Estado.
En el periodo De la Rua-Kirchner (1999-2010), sobre todo en los primeros años, hubieron crisis institucionales y económicas graves con y por la salida de la convertibilidad, la cual ya debía haber sido retocada precisamente en 1995. Esta situación fue dramática y traumática. Los productores se tuvieron que adaptar al nuevo modelo que se impulsó con la transición de Eduardo Duhalde: nuevo tipo de cambio qua benefició a corto plazo a los productores y justificó la aplicación de retenciones, aunque con discusiones de tipo ideológicas. A partir del 2003 se ha dado prioridad al mercado interno para controlar la inflación y se pautaron las exportaciones sobre todo los productos claves para la canasta familiar, carnes, trigo, lácteos.
Este recordatorio, listado de políticas sectoriales, hechos y resultados no exhaustivos, no excluyentes y limitado, constituyen los principales hitos del agro en estos 200 años de historia, según la interpretación del suscrito. Es un reconocimiento al agro en este Bicentenario. El campo, los productores, hicieron lo suyo, convirtieron un país inmenso, diverso, de buenas, regulares y malas tierras en un abastecedor mundial de alimentos y el Estado, independientemente a la ideología y las políticas aplicadas, ha contribuido en su rol de promoción de la actividad económica, en algunos momentos en carácter subsidiario y en otros con demasiada intervención, aunque hoy no se vive ninguno de esos extremos. Feliz Bicentenario para el Agro y para la Argentina y es un gran deseo que en poco tiempo la cosecha supere ampliamente las 100 millones de toneladas y el stock de ganado tienda a las 100 millones de cabezas, No obstante, el futuro es la transformación agroindustrial de los productos del campo. Somos importantes actores en el comercio mundial, el primer exportador mundial de aceites de soja y Rosario es el centro de transformación más eficiente del mundo,
El campo, los productores, hicieron lo suyo, convirtieron un país inmenso, diverso, de buenas, regulares y malas tierras en un abastecedor mundial de alimentos y, el Estado, independientemente a la ideología y las políticas aplicadas, ha contribuido en su rol de promoción de la actividad económica, en algunos momentos en carácter subsidiario y en otros con demasiada intervención, aunque hoy no se vive ninguno de esos extremos. Feliz Bicentenario para el Agro y para la Argentina y es un gran deseo que en poco tiempo la cosecha supere ampliamente las 100 millones de toneladas y el stock de ganado tienda a las 100 millones de cabezas, No obstante, el futuro es la transformación agroindustrial de los productos del campo. Somos importantes actores en el comercio mundial, el primer exportador mundial de aceites de soja y Rosario es el centro de transformación más eficiente del mundo, supera a Chicago en este cultivo. Vamos Argentina, tu puedes !!!.
En el marco de préstamo otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para el desarrollo institucional del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), se llevó a cabo una reunión en la Dirección Nacional de Sanidad Animal en la que se analizó la finalidad, el propósito y las actividades previstas para el área en los próximos cinco años.
El encuentro, encabezado por el director nacional de Sanidad Animal del Senasa, Jorge Dillon, contó con la participación del representante del BID, Ricardo Vargas Del Valle, el coordinador ejecutivo de la Unidad de Gestión del Programa, Jesús Leguiza y profesionales integrantes del mismo, Sebastián San Juan y Héctor Mignoli.
También asistieron losl Directores de Cuarentena Animal, Carlos Masciochi, la coordinadora del programa de Encefalopatía Espongiforme Transmisible (EET), Ximena Melón junto a técnicos de la Dirección de Luchas Sanitarias de la DNSA, acompañados por la representante de la Unidad de Financiamiento Externo (Ufin), Cristina del Llano.
Dillon manifestó la importancia del componente del crédito destinado a Sanidad Animal y señaló que los fondos se utilizarán en los distintos programas sanitarios de prevención y control de enfermedades de los animales, con el objetivo de continuar afianzando el estatus en ese campo que ostenta la República Argentina.
En una primera etapa el préstamo, de U$S 100 millones, se utilizará en desarrollo institucional, consolidación de la sanidad animal; programas de protección vegetal; calidad e inocuidad de alimentos; e integración regional sanitaria en el Cono Sur.
No existen reglas claras, sencillas y estables para la distribución de la cuota Hilton, que son los cortesde carnesque se exportan a Europa. Un proyecto de Ley, con media sanción del Senado y otro muy similar del P.E. son pasos muy importantes, pero: ¿Serán suficientes?. Desde hace casi 7 años “se exprime tanto a la cuota Hilton que, en lugar de exportar cortes de alto valor, se terminará vendiendo jugo o extracto de carne”. Abundan interpretaciones y falsos dilemas, contribuyen exitosamente a que el tema sea cada vez más oscuro e insoluble. Estos falsos dilemas son, entre otros:
a) La cuota es de los frigoríficos, de los productores ó del Estado; b) es de los grandes exportadores ó de los medianos; c) es para zonas dónde existen más animales gordos ó donde prevalece la cría y el engorde; d) tienen prioridad las plantas que están cerca de los puertos o lejos de los mismos; e) son para empresas nacionales, extranjeras ó multinacionales; f) se distribuía mal antes, en los 90; pero está bien ahora, en los 2000; g) tiene que concentrarse en Buenos Ares, Santo Fe, Córdoba ó en las provincias menos desarrolladas; h) tiene que repartir solo el gobierno nacional ó también los gobiernos de provincias; g) las causas judiciales, corresponden al fuero federal o el contencioso administrativo.
Un país serio debería primero preguntase: ¿La cuota es un beneficio ó es un resarcimiento?. En la historiaestá la explicación y la orientación para su abordaje. Los frigoríficos, exportadores y productores no son los dueños de la cuota son, en todo caso, damnificados; y, el Estado tampoco esdueño, sólo es un árbitro a quién la Unión Europea otorgó la atribución para canalizar su “generosa” compensación.
En 1979, durante la Ronda Tokio del GATT, la Comunidad Económica Europea compensó a varios países con la cuota Hilton. Medida que se hizo efectiva un año después y a la Argentina correspondió una cuota anual de 5.000 toneladas. Al poco tiempo, en 1983, dicha cuota ascendió a 12.500 por el ingreso de Grecia a la Comunidad y luego a 17.000 toneladas, por la misma razón, esta vez por el ingreso de Portugal y España. Se llegó a un máximo de 32.625 toneladas en 1994 y seguidamente se estabilizó en 28.000 toneladas por año. En el 2002 se recibió un adicional extraordinario de 10.000 toneladas para compensar, los envíos frustrados por la crisis del brote de aftosa del 2000/01, crisis cuyos responsables todavía están impunes.
El origen de la cuota, como se puede apreciar, ha sido para compensar a exportadores realmente perjudicados. Esos exportadores, que durante la década del ´70 sufrieron competencia desleal, fueron compensados a partir del año 1980. La cuota, entonces, no fue para promocionar el comercio de las carnes, ni para lograr una “razonable” distribuciónespacial de la actividad, tampoco para salvar a las empresas concursadas ni, mucho menos, para financiar los servicios de la policía sanitaria. Fue y es un resarcimiento, liso y llano.
La cuota Hilton tampoco es un subsidio. Un subsidioesun aporte que realiza el Estado sin contraprestación alguna a un individuo o empresa. Un subsidio puede ser explícito (planesjefesy jefas de hogar) o implícito (p.e.: el tipo de cambio alto que “subsidia” al turista y al consumidor extranjero, al empresario local no genuinamente competitivo ó tipo de cambio bajo que provoca todo lo contrario; lo difícilesel equilibrio, el tipo de cambio efectivo y de equilibrio). La mayoría de los frigoríficosestán localizados cerca del abastecimiento de las materias primas (invernada), cerca de los puertos de exportación y aprovechan, además, las denominadas economías de aglomeración (mano de obra, servicios e incluso consumidores de los cortes no exportables). Están dónde tienen queestar, aunque en el futuro se tendrán que relocalizar, acompañando el desplazamiento de la ganadería de engorde.
En más de 20 años se cambió tantas veces de criterios, que ahora, ya no se sabe dónde está el punto de referencia, el punto de partida. La mayoría de los actores, gobierno y operadores privados, toman a la cuota como una prebenda; en realidad es un resarcimiento de la Unión Europea por sus políticas proteccionistas. En rigor, se debe resarcir a las empresas operadoras habilitadas sanitariamente por la misma Unión Europea y el SENASA; empresas con sus impuestos y cargas sociales al día y, por sobre todo, que más toneladas de carnes frescas introduzcan (penetren) a esa región proteccionista que compite deslealmente: La Unión Europea subsidia a la producción interna con ayudas y subsidios. Las empresas que exportan a ese mercado son las que deben ser “premiadas” con la cuota Hilton.
Es importante tener en cuenta las consideraciones anteriores, como punto de referencia, para cuando sea tratada la Ley que tiene media sanción del Senado. La misma es un gran avance, pero le falta algo: el criterio de asignación por licitación pública, aunque el mismo se puede establecer por decreto del P.E. A manera de propuesta se sugiere que las 28.000 toneladas se rematen en varias ruedas o rondas de lotes individualesde 280 toneladas cada uno. Previamente, las empresas estarán agrupadas en trescategorías excluyentes, definidas por la SAGPyA, p.e.: a) el 75 % de la cuota será para grandes exportadoresa Europa con past-perfomance; b) el 20 % de la cuota para medianos operadores regionales extra-pampeanos; y, c) el 5 % de la cuota será de reserva para nuevos operadores extra-pampeanos, éstos en función del desplazamiento de la invernada.
Las licitacionesde lotes se realizarán entre empresas u operadoresdel mismo grupo. El valor de base para cada lote de 280 toneladas podrá ser simbólico, digamos U$S 100 por tonelada (no debe haber objetivo fiscal, simplemente será para evitar el acceso de los oportunistas sin recursos) y/o un seguro de caución por el valor monetario del 10 % de la cuota lograda. El operador que remató en una rueda, no tiene permitido el acceso a la próxima y así sucesivamente. El máximo de cuotas de un operador estará definido por su propia capacidad, convalidada y limitada, por la SAGPyA y no será más del 10 % de la cuota. Estará expresamente prohibida la transferencia, cesión o endoso de la cuota/s lograda por cada uno.
Este es un procedimiento claro, sencillo y transparente, cualquier agregado de complejidad debe ser analizado con cuatro ojos. Con una Ley se brinda el marco general y las prohibiciones expresas para evitar interpretaciones caprichosas de algunos jueces y con un Decreto Reglamentario se establecen los criterios y los procedimientos administrativos. La cuota rematada, será de propiedad del operador, no transferible y éste perderá su derecho de un año al otro si no logra concretar sus exportaciones y/o deja de cumplir con las condiciones exigidas. La recaudación será para solventar los gastos operativos y las auditorias requeridas por el sistema público. La afirmación que “Un sistema de licitación quita poder de decisión al Estado y/o beneficia solo a los grandes” es falsa. El Estado puede mantener la tutela de asignar la cuota y, si utiliza criterios no rebuscados, puede beneficiar a todos por igual o en forma proporcional a la importancia de las exportaciones de cada empresa. Igualmente algún potencial beneficiario quedará insatisfecho, seguramente será por su propia interpretación. La política, en sentido estricto, es justamente la posibilidad de elegir y arbitrar para el beneficio de la mayoría. Se invita al debate para que unos pocos no se adueñen de algo que es un bien público.
Del más polìtico de los técnicos al más técnico de los políticos