Ámbito Financiero – 17/01/2006

En un proceso inflacionario como el desdencadado ahora, pero latente desde principios de 2002 por la mega y descontrolada devaluación, es evidente que los costos y precios de la macroeconomía (salarios , rentas , intereses, ganancias, tarifas, impuestos y, su contracara, los precios de los bienes y servicios), tarde o temprano, tenderán a ajustarse al tipo de cambio vigente. Este, a su vez, está oficialmente sostenido a 3 pesos por dólar y todo indica que seguirá así. A partir de ahora, cuando se haga referencia a valores monetarios, nuevamente empezaremos a hablar en términos nominales y en términos reales.
Recordemos que la convertibilidad fue una herramienta dura (como un hacha) para controlar la hiperinflación , pero también debían recibir un hachazo el exceso de gasto público y el déficit fiscal recurrente (regla de oro) . Asimismo y, como resultado del 1 a 1, a sólo tres años de su existencia los salarios en dólares pasaron a ser muy altos y la industria nacional empezó a despedir gente y/o a no hacer una mayor oferta laboral. No obstante , la convertibilidad fue la elegida como la bruja en la cacería impulsada primero por alguna gente de la Alianza y luego por los devaluadores pesificadores y autores partícipes primarios del problema actual de la inflación, donde la provincia de Buenos Aires ha tenido mucho que ver . Para cerrar el tema de la convertibilidad , vale recordar el dicho popular: «Porque un vaso de agua no sirve eliminar un gran cendio , no se puede inferir que el agua no apaga el fuego» .
Cuidado que ahora estamos en una nueva convertibilidad, no por ley, sino por la
intervención directa del BCRA y la política explícita del Ministerio del Economía. La economía se ha recuperado, no hay duda. El producto bruto , que es la suma de todos los bienes y servicios producidos y vendidos o estoqueados a precios de mercado en el año, ha crecido. Aumentó la demanda agregada por las inversiones en construcción , porque la gente optó por los ladrillos y no por los depósitos a plazo fijo .
Las primeras empresas en ganar, en realidad , han sido las exportadoras, que tuvieron sus costos pesificados y sus ingresos dolarizados . Ergo , buenas ganancias; luego, las empresas de la construcción, como también la industria nacional promovida/protegida. El ingreso bruto , que es la contraparte del producto bruto, se concentró en las ganancias de esas empresas y es de ahí donde se explica la recuperación económica. Sólo hubo unos pocos y dosificados aumentos salariales otorgados por decreto, pero no son la causa principal de la inflación. Es claro que existe una franca distribución regresiva del ingreso. Ahora que reapareció la inflación, mal crónico de hace más de 50 años, vale la siguiente pregunta. ¿ la economía se ha recuperado o ha crecido en términos reales?; y ¿ la recaudación fiscal ha crecido también en términos reales ?
Rezagados
En este marco es razonable y demostrable que algunos impuestos hayan quedado rezagados; por ejemplo, los relacionados con las valuaciones de los inmuebles -tasaciones fiscales-, base del Impuesto Inmobiliario Rural, que corresponde cobrar a las provincias y municipios; estos impuestos quedaron pesificados y, por ende, puede ser necesario aumen- tarlos en términos nominales. La gente del campo tiene razón en enojarse con el gober- nador de Buenos Aires, el impuesto inmobiliario se puede ajustar debido a la inflación; además, los buenos campos se revalorizaron también, algunos en demasía. Asimismo, como contraparte, también corresponde ajustar los mínimos no imponibles del Impuesto a las Ganancias . Sin embargo, los propietarios de tierras se tienen que enojar aun más, porque al gobernador le falta capacidad y firmeza , como también a los otros gobernadores pampeanos , para gestionar, presionar y eliminar las retenciones a las exportaciones. Los productores de las provincias, especialmente de esas provincias, son los que más pagan por las retenciones, porque sus producciones principales son las que más tributan y porque sus gobiernos no reciben un peso en concepto de coparticipación por las retenciones. Es más sano subir el valor fiscal de los inmuebles rurales o, si se quiere, la alícuota del mismo impuesto, como también es más sano eliminar las retenciones. Uno se pregunta: ¿ no pueden hacer nada en materia de política agropecuaria y fiscal de sus respectivas provincias ? Salvo la jocosa idea de perseguir a inquietas y escurridizas parejitas enamoradas en los hoteles alojamiento del gran conurbano bonaerense y , ahora en el verano , a los turistas con autos que quieren respirar un poco de aire fresco y olvidarse del sometimiento al FMI . Se canceló la deuda con «el demonio y causante de todos nuestros males», aunque si se revisan algunos titulares de principios de los ’90, el FMI estuvo en contra de la convertibilidad . La cancelación se hizo , como siempre y como corresponde, con dinero de otros : de los productores, de los más necesitados , de los ahorristas que se quedaron con poco o nada.
Nuevo mito
Es bueno cancelar deudas y desvincularse del FMI, además con un gran impacto
creando un nuevo mito urbano, pero, ¿es necesario, es más económico? ¿El país, en su conjunto, gana? Lo necesario es eliminar las retenciones, sobre todo si se desea aumentar el Impuesto Inmobiliario como también es necesario restituir los reintegros a las exportaciones, que son, nada más ni nada menos, la devolución de los impuestos indirectos que cobra el Estado en sus distintos niveles. Esto provoca, junto con las , una disminución del tipo de cambio real que ya no es tan real como hace tres años.
Este reintegro nunca tuvo que ser eliminado está en contra de las más elementales normas del comercio internacional, no se deben / pueden exportar impuestos . Ha trascendido que, al que se porta bien, el Ministerio de Economía de la Nación devuelve lo quitado arbitrariamente . Ese caramelo recibió el sector avícola contra la promesa de bajar los precios . Dividir para reinar, vieja y conocida estrategia,pero no hubo rebelión en la granja . Al contrario, los pollos y las gallinas lo interpretan como un gran logro sectorial. Muy mal señores dirigentes de los avicultores por dejarse intimidar y ceder individualmente; no tienen sentido de grupo ni de gremio para defender los intereses del campo. ¿Quién los defenderá cuando el mismo benefactor, ante la imposibilidad de contener la inflación , presione nuevamente para bajar los precios, pero esta vez con importaciones?
