Venta de tierras: siguen las críticas


La Nación, 12 de agosto de 2004

CARBAP reclamó políticas de Estado

Para el ex Subsecretario de Agricultura Jesús Leguiza, la iniciativa constituye un camino equivocado. Elogió un proyecto sobre el Derecho Real de Superficie (DRS).

La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) y el ex secretario de Agricultura Jesús Leguiza se sumaron a las críticas que desató la iniciativa legislativa que pretende restringir y limitar la adquisición de inmuebles rurales por capitales extranjeros , presentada por los diputados nacionales José María Díaz Bancalari (PJ- Buenos Aires) y Jorge Dahud (PJ- Entre Ríos), y cuyo tratamiento sobre tablas en Diputados fracasó anteayer. Entre otros dirigentes , ya se expresaron en contra del proyecto los presidentes de la Sociedad Rural Argentina (SRA) , Luciano Miguens , y de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Benito Legeren, y el diputado nacional Gui-llermo Alchouron (Acción por la República Buenos Aires).

El titular de Carbap , Mario Llambías , consideró que dicho proyecto es contrario al espíritu de la Constitución Nacional. Cabe recordar que el artículo 20 de la carta magna establece, entre otros conceptos, que » los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria , comercio y profesión; poseer bienes raíces, comprarlos y enajenarlos … » .

A partir de este argumento , para Llambías «resulta inconducente efectuar mayores consideraciones sobre la cuestión «. En diálogo con LA NACION , el titular de la entidad más poderosa adherida a CRA sugirió que, en tal caso, » lo que se debería investigar bien es de dónde provienen los capitales «.

El dirigente puntualizó también que el principal problema por resolver de manera urgente es «la falta de políticas de Estado por las cuales muchos productores agropecuarios argentinos han dejado o deberán dejar de serlo». Agregó Llambías que se debe permitir el desarrollo del productor y su familia en un ámbito que le es propio y desde el que cumple un papel social fundamental en las comunidades del interior . »

Lamentablemente -agregó- , desde sucesivos gobiernos se ha visto al sector como un mero aportante a las arcas fiscales , sin tener en cuenta su importancia en la generación de empleos , su aporte en el crecimiento equilibrado del país y su importancia geopolítica . » Por último , Llambías consideró que » es el momento oportuno para que los argentinos iniciemos un profundo debate sobre el país que queremos » .

Camino equivocado.

Por su parte, Jesús Leguiza, secretario de Agricultura duran-te la fugaz presidencia de Adolfo Rodríguez Saá y ex subsecretario de la cartera , señaló que prohibir la venta de tierras es un camino equivocado y poco creativo. «Esta es una forma adicional de empobrecer el país», insistió . Al respecto , recordó que el Senado dio media sanción en diciembre último , a instancias del entonces senador José Luis Gioja (PJ – San Juan , provincia de la que ahora es gobernador) , un proyecto que crea un nuevo derecho real de superficie forestal y frutícola (DRSFyF). Es una manera eficaz de promover inversiones sin vender tierras y una barrera eficaz en la lucha sanitaria en zonas donde hay montes abandonados «.

Leguiza explicó que con el derecho real de superficie , tanto forestal como frutícola , cualquier extranjero puede realizar inversiones sin necesidad de comprar tierras .

Prohibir la venta de tierras es un camino equivocado

Ámbito Financiero, 27/07/04

Escribe Jesús Leguiza. Ex Subsecretario de Agricultura de la Nación

Una forma eficiente de usar las tierras para favorecer las inversiones, al menos en la forestación y  fruticultura, sin la xenofobia o la “capitalfobia”, es aprobar el derecho real de superficie que tiene media sanción en Senadores.

 Con sorpresa nos enteramos de que se han presentado, en la Cámara de Diputados, propuestas para prohibir y/o restringir la venta de tierras a extranjeros. Textualmente, en un importante diario se escribió. ”Adquirir tierras en el país podrá convertirse en misión casi imposible para personas o empresas extranjeras que vean en la Argentina una real posibilidad”.

 No se trata de una propuesta sino de varias iniciativas. Los legisladores no son personas desconocidas. Los mencionados tienen apellidos bien conocidos y, en algunos casos, representan a mayorías.  Propuestas que carecen de practicidad, tal como ya lo indicó el Sr. Roberto Frenkel Santillán en su comentario “aquel extranjero que quiera invertir lo hará igual a través de un argentino”,  o como dijo Guillermo Alchouron, sobre la inconstitucionalidad de la iniciativa.

Esta es una forma adicional de empobrecer al país, igual que hace algunos meses atrás se pretendía grabar con más retenciones (impuestos para vender a otros países)  a las exportaciones de soja para evitar la “sojización”.  Por suerte, ahora el gobierno aprobó, hace pocos días,  la comercialización de maíz transgénico (RR); ésta es la forma eficaz de evitar la “sojización” y resolver un problema, que para algunos era de vida o muerte y que para otros más sensatos solo trataba de una cuestión coyuntural,  dada una importante sequía en EEUU.  La aprobación de la comercialización del maíz RR  se demoró casi 6 años pero salió. Ya está y contribuirá a una nueva revolución de la producción granaria que trascenderá a las pampas. Este es un ejemplo de una solución creativa y eficaz.

El futuro de Argentina, no solamente está en los granos y en la pampa húmeda, también está en las forestación y en la fruticultura, actividades que se realizan en el resto de las regiones.  El Senado de la Nación aprobó en diciembre del año pasado, a instancias del entonces senador Gioja y la labor parlamentaria destacada de la Senadora Escudero y la Senadora Martín,  un proyecto que evita estas incongruencias al menos parcialmente, como es esto de prohibir la venta de tierras.  Se trata de un proyecto que crea un nuevo derecho real a pesar que el mismo, como figura jurídica, ya existe desde el año 2001. La creación del derecho real de superficie forestal y frutícola es una manera eficaz de promover inversiones sin vender tierras y mucho menos sin la necesidad de prohibir la venta de tierras.

Con el derecho real de superficie, tanto forestal como frutícola, cualquier extranjero puede realizar inversiones en estas actividades sin necesidad de comprar tierras, y tendrá la seguridad jurídica sobre la propiedad de las plantaciones. De esta manera, los inversores tienen menos costos de inversión y están invitados a trabajar para y por la Argentina.

A fines del mayo de 2002 y en este misma sección, escribía “desde Jujuy o Misiones como extremos del norte del país hasta los valles patagónicos de Santa Cruz y Tierra del Fuego, existe suficiente historia, experiencia, infraestructura y tecnología, para un mayor desarrollo de la fruticultura (y forestación). Los cítricos, peras y manzanas, uvas y frutas finas, son producciones aptas y con mercados de exportación. Se pueden incorporar miles de hectáreas de tierras al proceso productivo; se puede realizar la reconversión de otros miles de hectáreas de cultivos existentes, todo esto sin necesidad de crear obras de infraestructura nuevas que cuestan miles de millones, ni de realizar Reformas Agrarias o iniciar otra campaña de Desierto” 

 

Noticia: Suman proyecto para aprovechar la soja

Ambito Financiero, 05/05/04

Una propuesta con le fin de colaborar con la FAO en la lucha contra el hambre en el mundo fue presentada por Jesús Leguiza, Secretario Ejecutivo de la Fundación FEDERAR, aprovechando la visita del director Genral de la FAO, Jaques Diouf, organismo con de Nacione Unidas y con sede en Roma (Italia).

La soja es un cultivo milenario originario del Lejano Oriente que ha proliferado por todos los continentes. En América, los principales productores y exportadores son Estados Unidos, Brasil y la Argentina. Este último el el principal productor muncial de aceite de soja y subproductos.

La mayor utilización de los granos se destina a la alimentación animal. Sin embargo, hoy en día, la soja empezó a llamar la atención de los nutricionistas, para complementar la alimenación humana. Aquí, en la Argentina, se ha logrado una trascendente innovación tecnológica. Por iniciativa privada se creó un procedimiento (proceso industrial) único de tostificación del grano de soja que permite que el mismo mantenga casi el 100 % de las proteínas originales, es decir hasta un 40 % de su propio peso. El grano de soja, previo al consumo, debe ser cocido para eliminar el exceso de actividad uréica y la antitripsina, que es una enzima inhibitoria de la tripsina, la cual es generada por el organismo para permitir la absorción de la proteínas.

Además las proteínas de soja son solubles en agua, lo cual implica que los procedimientos habituales para su «desactivación», la cocción, ocasionan la pédida de la mayor parte o casi la totalidad de la proteínas. El proceso industrial, creado por el Ing. Juan Sirne, quien cuenta con el apoyo de FEDERAR, permite la elaboración de granos de soja tostado por aire caliente (enteros, triturados, y/o en polvo). La caracteística distintiva es haber logrado un poducto intgral y precocido que puede ser consumido directamente.

Este producto innovador constituye la base ideal para la provisión de alimentos a gran escala y a bajo costo, incluso minimiza los costos de trasporte y de cocción de los alimentos; es ideal para las zonas de muchas necesidades y escacéz de energía para cocinar, es decir leña.

Leguiza, ofrecio la tecnología innovadora a la FAO para ayudar a combatir el hambre; y, por sobre todo, la desnutrición en el mundo. Es importante destacar dijo a Diouf: «que el hambre se combate con hidratos de carbono y la desnutrición con proteínas  Esta tecnología permitirá, por ejemplo, que el Plan Hambre Cero de Brasil tenga verdadera consistencia técnica y factbilidad económica. Lo mismo se podrá realizar en innumerables países a través del Plan alimentario Mundial  que administra su organización»

Ahora el enemigo es la soja

Ámbito Financiero, 19/11/03

Jesús Leguiza – Fundación de Estudios para el Desarrollo Económico y Regional de Argentina (FEDERAR)

Los argentinos vivimos, desde hace 70 años, de confusión en confusión, de traspié en traspié.  Saltamos de lo psicópata a lo paranoico en un constante juego pendular.  Lo único constante  e inmutable son dos problemas: el recurrente déficit fiscal y la cultura rentística nacional en la mayoría de la población y sus gobernantes. Todos quieren que el otro pague la cuenta. Los gobiernos quieren que paguen los agricultores, los industriales (al menos la gran mayoría) quieren que pague el gobierno, los productores y también los consumidores (por ejemplo, con tasas de interés negativas con respecto a la inflación, promociones industriales, exenciones impositivas, abastecimiento con bajos precios de materias primas o altos precios internos de sus productos, incluso mayores a los internacionales, etc. etc.)

La explicación para el primero de los problemas es la enfermiza insistencia de seguir gastando más de lo que se genera, de lo que se gana. Es igual que en casa de uno, si gasta más de lo que gana, primero acaba con los ahorros (si los hubo), luego se endeuda y después quiebra.  El estado, con el déficit fiscal recurrente, no quiebra pero entra en default.  El Estado y sus múltiples gobiernos no han podido domar al déficit  fiscal, ningún gobierno pudo hacerlo, democrático o de facto.

La causa fundamental está en el segundo problema mencionado, en la cultura rentística, en el pensamiento rentístico nacional,  en la devoción al estado del bienestar, en la creencia que todos nos salvamos por el Estado benefactor, ese Estado que todo lo puede,  ese estado  surgido después de la crisis de los años 30 y agotado totalmente en 1989.

El campo argentino es fuente de toda la riqueza nacional, o al menos de gran parte, eso está claro y es evidente. Pero el campo no es todo, no se puede extraer todo de él, ni siquiera alcanza para todos. Los agricultores vienen sufriendo una discriminación recurrente desde hace 50 años, mejor dicho una persecución psicótica, con las famosas retenciones (que en realidad son impuestos a las exportaciones, un castigo a los que son competitivos y que no piden dádivas o privilegios); éstas, las retenciones,  surgieron en la época del primer gobierno de  Perón y se mantuvieron con todos los gobiernos,  llegando al extremo de imponerse un 55 % de retenciones a la soja en la campaña 1975/1976.

Ahora nuevamente se trata de expropiar aún más a los agricultores, un proyecto del legislador Mario Cafiero, pretende elevarlas al 30  y al 35 %, (sean granos o subproductos), casi como en la primer etapa de Martínez de Hoz.  ¿Qué defiende este legislador?. ¿Defiende acaso a los agricultores de la provincia de Buenos Aires?.  ¿Defiende a las nuevas generaciones de argentinos obligando, mediante retenciones, a que los chacareros trabajen con “rotación de cultivos”?  El legislador, quizás en su buena voluntad de ayudar, acude nuevamente a la cultura rentista, a la cultura del “que pague otro”. El  legislador bonaerense castiga a los agricultores más eficientes, a los agricultores que más tecnología han incorporado en los últimos años e, indirectamente,  también castiga a la provincia de Buenos Aires, a cuyo pueblo representa, porque las retenciones no son coparticipables.  Se extrae del circuito económico, un valor más que proporcional al aumento propuesto, un efecto negativo extraordinario. Lo seguirán otros  ???

Para tapar estas malas prácticas, es necesario crear fantasmas, demonios, encontrar a los malos de la película. Es  justamente lo que se pretende ahora con el  campo, haciendo un demonio de su producto principal, la soja.  Esto, como ha hecho un  programa de televisión, es ser funcional a las malas prácticas de política económica; es ser  funcional a los más variados e irracionales argumentos, tales como: que la soja es exótica, que la soja es transgénica, que la soja es negocio de los obtentores (semilleros legales), que la soja es negocio de las grandes cerealeras, que hace mal a la salud, que no sirve para la dieta de niños, bla, bla, …

Lo cierto es que como depresivos autodestructivos, los argentinos, encontramos otro enemigo, ahora interno: la soja. Enemigo que justamente es la materia prima del sector más competitivo y eficiente que tenemos. El complejo sojero argentino es un sector  industrial muy competitivo en el mundo; en el extranjero, los industriales inversores de verdad dicen, “queremos una planta aceitera como las argentinas”, todo una referencia, un hito.

Otro hito, es la misma producción actual de soja de Argentina, Brasil y en menor medida la de Paraguay. Por primera vez en la historia, la producción de estos países del hemisferio sur es más importante que la producción de EEUU y  de todo el hemisferio norte.   Hoy, la Bolsa de Cereales de Rosario o la de Buenos Aires bien pueden ser consideradas como el mercado de Chicago en el sur.  La Argentina y Brasil son referencia en materia de precios internacionales, ya no somos meros tomadores de precios como se decía antes. Ahora Chicago pone los ojos en nosotros, observa qué está pasando en esta región del mundo para manejar los stocks mundiales y los precios.

Lo importante es reconocer que los precios actuales son una coyuntura favorable, nada más que eso y que es una oportunidad para aprovechar. Que ganen los que tiene que ganar, que ganen los que invirtieron, los que plantaron soja. Los precios son altos por cuestiones climáticas y, gracias a Dios, dadas las comunicaciones existentes del mundo global, se conoce al instante que pasa o sucede en los mercados.

Con el complejo sojero solo no nos vamos a salvar, pero no por eso lo castiguemos con medidas obsoletas y contrarias a los intereses nacionales, medidas de concepción rentista.  Se pueden incorporar nuevas tierras agrícolas en el litoral norte y en el noroeste, sin deforestar, y con pequeñas obras públicas para el manejo de cuencas. Este complejo puede incorporar, a su vez,  más valor agregado, tiene que vender más aceites refinados y menos aceite crudo, pero es necesario dar el crédito a nuestra Pampa Húmeda ampliada y a su principal producto, la soja y sus subproductos, dado que nos permite estar a la par con las tierras de la cuenca del Missisippi y sus afluentes el  Tennessee y Missouri. En realidad a la par en materia de tecnología y productividad, pero no en materia de ingresos de los productores, nosotros castigamos a los nuestros, los farmers reciben tres tipos de apoyo: pagos directos, b) pagos anticíclicos y c) prestamos compensatorios para lograr un precio interno garantido.

Del más polìtico de los técnicos al más técnico de los políticos